Las súplicas por lluvia de Novak Djokovic surtieron efecto.
Una lluvia pertinaz forzó el domingo la posposición de la final masculina del Abierto de Estados Unidos entre Djokovic y el español Rafael Nadal, lo que le dio al serbio el descanso que deseaba tras luchar durante cinco sets para vencer en semifinales al suizo Roger Federer.
Es el tercer año consecutivo que la definición del último Grand Slam de la temporada se disputa con tardanza.
Luego de vencer a Federer, Djokovic se frotó las manos al enterarse de la posibilidad de aguaceros para el domingo.
El pronóstico se cumplió y ahora el tercer preclasificado tendrá un día adicional de descanso para encarar el duelo por el título.
“Tras un partido tan difícil y agotador necesitaba algo más de descanso”, dijo Djokovic al ser entrevistado posterior al anuncio de los organizadores. “Este me ayuda”.
“Igual estaba listo, una final es una final”, añadió.
El portavoz de la Federación Estadounidense de Tenis, Chris Widmaier, indicó que la decisión se tomó cuando recibieron un pronóstico de precipitaciones que se prolongarían hasta las 1 de la madrugada.
“Se prevén algunos momentos que iba a aminar, pero no había certaza y esto era lo más justo para los jugadores y los espectadores”.
Mientras Djokovic disputó una segunda semifinal al máximo de cinco sets, Nadal apenas necesitó tres parciales para deshacerse del ruso Mikhail Youzhny.
El partido había sido pautado para las 4.30 de la tarde del domingo, pero la lluvia empezó a caer sobre la pista del estadio Arthur Ashe dos horas antes y no amainó. Pasada las 6 de la tarde, los organizadores tomaron la decisión de cancelar la jornada y fijaron el nuevo horario para las 4 de la tarde del lunes (2000 GMT).
Se trata del tercer año sucesivo que se produce una cancelación de las finales por el mal tiempo. El año pasado, dos días de lluvia dieron al traste con la programación en el último fin de semana y no fue hasta el lunes cuando el argentino Juan Martín Del Potro derrotó a Federer para consagrarse campeón. Lo mismo ocurrió en la edición de 2008, en la que Federer venció al británico Andy Murray en la final.
El pronóstico para el lunes destaca 20% de posibilidades de precipitaciones.
Lo curioso de todo es que se esperó peor tiempo durante el primer viernes del torneo, con el paso próximo del huracán Earl. Pero la lluvia ese día provocó una suspensión de los partidos que apenas duró 25 minutos.
El US Open es el único Grand Slam cuyas semifinales y finales en ambas ramas se disputan en días consecutivos.
“No conozco los conjuros para hacer que llueva. Un día extra me caería bien”, había dicho Djokovic el sábado.
Mientras Djokovic se salió con la suya, Nadal deberá esperar un día más para hacer historia en su primera final en el torneo. Si sale airoso, el número uno del mundo se convertirá en el séptimo jugador en la historia que gana las cuatro citas del Grand Slam.
Djokovic contó que pasó las horas del domingo viendo por televisión partidos de la NFL y un torneo de golf, al igual que Nadal.
“Traté de dormir, pero no se podía con tanta adrenalina”, afirmó. “Los dos estamos ansiosos de salir a jugar. Lo que haré en las próximas horas será tratar de descansar lo más que pueda”.
Después que termine el US Open, Djokovic si acaso tendrá respiro: debe viajar de inmediato a su país natal para disputar la semifinal de la Copa Davis contra la República Checa.