Sus restos serán cremados a primeras horas de este sábado
Fidel Castro, el padre de la Revolución Cubana y uno de los protagonistas del siglo XX, murió a los 90 años, anunció su hermano, el presidente Raúl Castro, en un mensaje que tomó por sorpresa al mundo poco antes de la medianoche del viernes.
“A las 22H29 (03H29 GMT) falleció el comandante en jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro”, afirmó Raúl en un mensaje televisado.
Figura legendaria del último siglo, Fidel se proyectó al mundo desde la pequeña isla de Cuba, donde ejerció un poder absoluto.
“En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán cremados en las primeras horas” del sábado, dijo el mandatario en el mensaje que tomó por sorpresa a la isla.
El líder de la guerrilla de rebeldes barbudos que triunfó en 1959, había cedido el poder a su hermano en 2006 a causa de una crisis intestinal que lo tuvo al borde de la muerte.
En febrero de 2008 renunció definitivamente a la presidencia de Cuba y en abril de 2011 a la jefatura del gobernante Partido Comunista (único).
Con su salida del poder, se abrió una nueva etapa en la historia de Cuba marcada por una cauta apertura económica, pero manteniendo siempre el régimen de partido único que todavía es criticado por violaciones de derechos humanos.
Cinco años menor, y fiel a la línea política de su hermano y mentor, Raúl Castro se esmeró en reformar el ineficiente y agotado modelo socialista de corte soviético.
Con voz firme, y en su tradicional atuendo militar, el mandatario cubano fue el encargado de dar la noticia sobre la muerte de Fidel.
“La comisión organizadora de los funerales brindará a nuestro pueblo una información detallada sobre la organización del homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana”, añadió Raúl Castro.
De momento, no se conocen detalles sobre las circunstancias que rodearon su deceso.
“Paró la música”
Fidel Castro había cumplido 90 años el 13 de agosto. La vejez y las secuelas de la enfermedad lo habían diezmado, pero con su sola presencia ejercía gran influencia en la isla que moldeó con mano de hierro.
Su deceso tomó en pijamas a la mayoría de cubanos. Marco Antonio Díaz, de 20 años, contó que estaba en una fiesta en La Habana cuando, de repente, detuvieron la música para dar a conocer la noticia. La celebración terminó abruptamente.
“Regresé a casa y desperté a todo mundo: Murió Fidel. Mi mamá quedó pasmada”, contó a la AFP este trabajador de una lavadora de autos.
Desde que dejó el poder, Fidel se dedicó a escribir esporádicos artículos de prensa y a recibir a personalidades en su casa de La Habana.
El miércoles de la semana pasada circuló la que podría ser su última foto en vida. Entonces apareció, en su ya habitual chaqueta deportiva blanca, junto al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.
En sus últimos años Fidel se había obsesionado con el calentamiento global, el riesgo nuclear, la sobrepoblación mundial, la preservación de la paz y Estados Unidos, su eterno enemigo.
Amores y odios
En el ocaso, Fidel alcanzó a ver lo que parecía imposible: el fin de la enemistad con Estados Unidos, su principal adversario por medio siglo, fruto de un histórico acercamiento iniciado por Raúl y el presidente Barack Obama.
Ambos países restablecieron lazos diplomáticos el 20 de julio de 2015, cerrando el último capítulo de la Guerra Fría en América.
Obama justificó el drástico cambio de política hacia Cuba afirmando que los intentos de aislar a Cuba habían terminado por aislar a Estados Unidos en el continente.
Fidel Castro llegó a ser el más antiguo gobernante en ejercicio en el mundo y bajo su régimen nació el 70% de los más de 11 millones de cubanos, que desde 2006 se habituaron paulatinamente a su eclipse del poder.
Hombre del eterno desafío a Washington, que instauró un régimen comunista a 150 km de las costas de Estados Unidos, el líder cubano despertó amores y odios: considerado por unos como símbolo de soberanía y dignidad latinoamericanas, de solidaridad y justicia social; y por otros como un dictador megalómano y cruel.
Sus críticos le achacan haber forjado un sistema totalitario de partido único, represor de toda disidencia y con un rotundo fracaso económico.
Sus admiradores, en cambio, destacan que elevó los índices de salud de Cuba al nivel de los del primer mundo, desarrolló la educación, la cultura y el deporte.
De las armas a las urnas
Último de los protagonistas de la Guerra Fría y de su momento más tenso -la crisis desatada por la instalación de los cohetes soviéticos con ojivas nucleares en Cuba en 1962-, Fidel Castro lideró un movimiento insurgente de alcance continental en América Latina.
Cientos de miles tomaron las armas inspirados en la Revolución Cubana para enfrentar regímenes de derecha o sangrientas dictaduras respaldadas por Estados Unidos.
En los últimos tiempos la izquierda en América Latina logró por la vía electoral lo que Fidel intentó por las armas. El líder cubano alcanzó a ver el resplandor y deterioro de gobiernos afines.
La Venezuela del fallecido Hugo Chávez le dio un respiro a la Revolución Cubana tras el derrumbe de la potencia soviética. Fidel se convirtió en el guía del entonces mandatario, que antes de morir en 2013, delegó el poder a Nicolás Maduro, otro ferviente aliado de Cuba.
Simplemente Fidel
De emblemática barba y uniforme verde olivo, el “Comandante en Jefe”, llamado simplemente Fidel por los cubanos, fue un líder de personalidad aplastante, omnipresente y de discursos maratónicos.
Visto en los primeros años de enfermedad solo en fotos y videos, en traje deportivo, Fidel se recuperó y reapareció en público en julio de 2010 en algunos encuentros académicos sobre temas internacionales, e incluso vistió en ocasiones de verde olivo, pero sin insignias militares para dejar claro que no retornaría al gobierno.
La última vez que apareció en público fue el día de su nonagésimo cumpleaños. En abril, en laclausura del Congreso del Partido Comunista Cubano, había pronunciado un discurso con aires de despedida.
“Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno”, dijo.
Nacido el 13 de agosto de 1926 en la aldea de Birán (oriente), hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y una cubana humilde, llegó al poder el 1 de enero de 1959 al derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Enfrentó a 11 presidentes de Estados Unidos, a la invasión de Bahía de Cochinos organizada por la CIA en 1961, a la crisis de los misiles de 1962, al embargo impuesto por Washington casi desde el inicio de la Revolución, a la caída del muro de Berlín y a la desintegración de la Unión Soviética.
Bajo su gobierno, más de un millón y medio de cubanos abandonaron la isla por razones políticas y económicas, y se radicaron principalmente en Miami (Estados Unidos), desde donde los más feroces anticastristas organizaron o apoyaron conspiraciones y planes de asesinato en su contra, a veces en complicidad con la CIA.
A lo largo de 40 años (1958-2000) escapó a 634 complots asesinos, según escribió Fabián Escalante, exjefe de inteligencia cubano, en Cubadebate.
AFP