Si se revisan los criterios técnico-conceptuales sobre la hiperinflación, de acuerdo con los estudios de Philip D. Cagan, economista y docente estadounidense del siglo XX, pudiera deducirse que Venezuela atraviesa dicha fase, aunque oficialmente no se reconozca como tal.
Así lo considera el especialista en la materia William Ruiz, director del instituto Ludwig Von Mises, de Caracas, y de Liberty and Capital, al intervenir como invitado en el foro “Cómo proteger mi dinero en la inflación. Supervivencia en la selva inflacionaria”, organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice) y el Observatorio de Gasto Público.
“En análisis posteriores a la II Guerra Mundial, en torno a diversas naciones europeas, Cagan establecía dos factores para determinar la hiperinflación: la demanda del efectivo, la tenencia de saldos reales y las expectativas de los individuos de los cambios en los precios, en la variación de la inflación”, dijo el expositor.
“Se estableció que las hiperinflaciones ocurren cuando el crecimiento de precios o las inflaciones mensuales llegan a superar el 50 %. Pero él también en su investigación acota que no necesariamente tiene que ser 50 %, que bien podría ser un 41 %, porque de lo que depende la hiperinflación es que las personas empiecen a desprenderse rápidamente de los saldos en efectivo, del dinero para comprar bienes, para comprar bienes duraderos, para tener renta variable, inversión de otros activos”, afirmó el economista, señalando que esto sucede debido a que la gente tiene una expectativa negativa de cómo va a ser el crecimiento de los precios.
Ruiz señala que las variaciones comienzan a ser mensuales, semanales, incluso, a diario, porque la tenencia del dinero en efectivo empieza a perder el poder de compra aceleradamente. “Entonces, obviamente, los individuos corren hacia lo que podría ser renta variable que es invertir en activos de bolsa, en acciones, compras de activo de segunda mano, compras de instrumentos de inversión que le garanticen que el dinero vaya a mantener su valor en el tiempo”.
“La realidad de Venezuela es que no necesariamente estamos sobre el patrón de 50 %, pero estamos muy cerca; la gente está entrando en cuenta de que el dinero cada vez pierde valor de manera de manera rápida, los precios hoy y a nivel semanal ya no guardan su variación: es decir, tú vas a comprar algo un día y la semana que viene ya te ha variado de precio”, aclaró.
Nada está oculto bajo el bolívar
El diplomado recuerda que en compañía de catedráticos ha venido advirtiendo sobre el fenómeno en el país, subrayando el hecho de que el Banco Central de Venezuela no publique cifras o información, lo cual ratifica que “algo muy grande están escondiendo” en referencia a la pérdida del poder adquisitivo del bolívar.
“Estamos en una etapa cumbre de un proceso de hiperinflación donde si no se toman los correctivos necesarios que están vinculados a la eliminación de la emisión de masa monetaria y la flexibilización de los controles, arribaremos a un momento en que los precios llegaran a variar cada minuto, cada día o cada hora”, enfatizó Ruiz, colocando como ejemplo lo que ocurrió en Argentina.
“Incluso, agencias internacionales como Moody’s han alertado que estamos en medio de un proceso hiperinflacionario, pero lo que pasa es que también no hay información estadística real y dudo que el BCV a final de año termine reconociendo que estamos en un proceso hiperinflacionario”, avizora.
“Lo que el venezolano tiene que hacer es buscar respaldar sus inversiones, sus ahorros en activos que se revaloricen y que puedan resguardar su valor, renta variable, inversión de bonos, de acciones y otras compras de activos de segunda mano o adelantar compras de bienes durables para que en el tiempo, cuando se decidan utilizar o disponer de estos bienes, no tengan que ir a un mercado y ofrecer una cantidad mayor de bolívares como si los hubiesen comprado el día de hoy”, insistió el profesional al aludir a la recomendación de adquirir activos que puedan preservar su valor.
Asimismo, el economista Ruiz asevera que el venezolano debe buscar la forma de adelantar o transformar compra de insumos de la cesta básica. “Adelantar pagos y tratar de que cuando lleguen esos compromisos no se vea tan afectado por el deterioro que ha traído semanalmente el dinero”.
“Los procesos de inflación afectan, precisamente, a quienes menos tienen, es decir, el que más tiene ahora lo que va a hacer es que va a disponer de menos renta de la que tenía antes, pero el que menos tiene se la va a encontrar más difícil. Los procesos de hiperinflación atacan muchísimo más a quienes menos tienen. Es decir, el proceso acelerado de precios varía mucho más que lo que a ti te tarda en llegar una quincena de tu salario”, apuntó.
Para el director del instituto Ludwig Von Mises y de Liberty and Capital, difícilmente vamos a ver un escenario en el cual los organismos del Estado ofrezcan cifras negativas porque el país se encamina a un proceso de elecciones.
“Ellos van a tratar de incrementar el proceso de importación, limitar a algunos agentes para tratar de solapar la necesidad de divisas de ciertos sectores. Pero, más allá del final de año, yo creo que el primer trimestre del 2015 va a ser mucho más crítico. Ahí se van a sincerar todos los escenarios económicos”.
¿Y si cambia el panorama político?, es la pregunta prioritaria. “Eso depende de las expectativas de los empresarios y de los ciudadanos que obviamente reflejarían una mayor credibilidad en las políticas que se dejen adelante. El tener una Asamblea Nacional con una posición distinta le daría la impresión a la sociedad y al país de que hay una posibilidad de generar alternativas distintas a las que se aplican y ejercer correcciones. Hasta ahora, hay desconfianza y hay pérdida del valor y de la credibilidad de la moneda porque el Ejecutivo no ha ofrecido políticas coherentes y disciplina en las políticas fiscal y económica”, concluye Wiliam Ruiz.
MUD