Barcelona (España), 16 feb.- Llevar a cabo vuelos espaciales será más rápido y barato gracias a un sistema de propulsión de plasma de alta temperatura, ha asegurado el veterano astronauta costarricense Franklin Chang Díaz, que preside una compañía que impulsa estos pioneros motores.
Esta tecnología, que comenzó a gestarse hace treinta años, permitirá reducir la duración de las misiones espaciales espectacularmente, incluidas las tripuladas, aseguró Chang, presidente de la compañía aeroespacial Ad Astra Rocket.
Con los medios convencionales, un viaje a Marte duraría hoy en día entre siete u ocho meses, mientras que con el “motor de magnetoplasma de impulso específico variable” -nombre dado al proyecto-, que está previsto que demuestre su operatividad en 2014, el viaje se reduciría a tan sólo dos meses.
Además, utilizaría menos combustible que la propulsión química actual y tendría más capacidad de carga.
Estos motores se basan en el uso de plasmas de alta temperatura guiados y acelerados por campos magnéticos: la producción y el calentamiento de plasma son propiciados por ondas electromagnéticas, mecanismo que les otorga mayor fiabilidad y una vida útil más larga.
Chang (San José, 1950), el primer astronauta latinoamericano y uno de los hombres con más horas espaciales (siete misiones entre 1986 y 2002), adelantó a Efe en Barcelona que la prueba de este sistema se llevará a cabo en una operación en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Ante las constantes labores de mantenimiento que requiere, esa instalación se beneficiará de esta nueva tecnología de propulsión.
“La EEI requiere que un transbordador o una nave rusa le dé un empujón de vez en cuando y eso gasta mucho combustible; con el motor de plasma se puede hacer con un coste diez veces menor“, indicó Chang, quien avanzó que su empresa ya está desarrollando motores más potentes para llevar al hombre a Marte.
Otra de las labores en las que se podrá aplicar este nuevo sistema de propulsión será el transporte de carga a la Luna o la eliminación de los miles de objetos de chatarra espacial -restos de satélites y otros elementos- que se encuentran en la órbita de la Tierra y suponen un peligro.
Chang, que dirige desde Houston Ad Astra Rocket -que dispone de un laboratorio de desarrollo en la Universidad Earth de su Costa Rica natal-, remarca que en los últimos cinco años se han invertido 25 millones de euros (unos 34 millones de dólares al cambio actual) en ultimar esta tecnología, que será rentable para el sector privado gracias a las misiones espaciales tripuladas.3
La tecnología, que fue presentada por el astronauta en el Parque Científico de Barcelona, se encuentra en fase de pruebas y ha sido desarrollada por el sector privado con apoyo del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA y varias universidades de EEUU.
El programa de transbordadores de la NASA finaliza este año, tras treinta años de funcionamiento, y la agencia espacial de EEUU parece centrar sus esfuerzos en misiones de exploración científica, lo que, según Chang, propiciará que sean compañías privadas las que se encarguen de los vuelos tripulados.
“Lo importante es reducir el costo. Hay compañías que están desarrollando tecnologías para poder capturar el mercado del turismo espacial, que es muy interesante“, afirmó el veterano astronauta, para quien se ha producido un “cambio de paradigma” en el ámbito del acceso al espacio por el hombre.
“La exploración espacial es una aventura de carácter planetario, global, que involucra a muchos países desarrollados, desde la UE y Estados Unidos o Japón y también China o India; es una tarea internacional”, señaló.
A pesar de las incertidumbres, marcadas por la crisis financiera, Chang, que hizo su bautizo con la NASA pocos días antes de la tragedia del transbordador Challenger, cree que la “conquista” del espacio continúa.
Si desea saber más de la tecnología del motor Vasimr, puede visitar su sitio oficial en español pulsando aquí