“La iglesia no es una estructura de poder para ir en contra de un país o un Gobierno, sino es un grupo de personas -el pueblo de Dios-, que está al servicio de la gente y que debe dialogar con todos los sectores del país”, señaló.
El Obispo de San Cristóbal resaltó que Juan Pablo Segundo y el Papa Benedicto XVI “nos han dado lecciones muy hermosas de lo que significa dialogar“.
Consideró que “se han dado muchos pasos para dialogar, pero esos pasos no solo se deben dar en los Gobiernos regionales, sino también en todos los sectores de la sociedad que necesitan abrirse paso al diálogo y al entendimiento”.
Monseñor Moronta explicó que “para que exista el diálogo se necesitan más de dos personas por lo menos y se requiere además del encuentro. Hay primero que reconocer las cosas que nos unen para luego evaluar la que nos dividen“.
“A los venezolanos nos tiene que unir el lenguaje, la vida, nuestra forma de ser y la visión de futuro que todos tenemos. No hay que dejarle a las nuevas generaciones un camino hecho, hay que dejarles un camino abonado para que ellos puedan cultivar“, indicó.
Destacó que cuando hay una polaridad como existe ahora, “surgen las cosas negativas que se endurecen y crean murallas que hay que derribar. Es más fácil tumbar muros que llenar brechas”.
En tal sentido, invitó a los ciudadanos del país a “construir puentes de diálogo”.
“A mi me preocupa cuando un Obispo, un dirigente social o un político dice que `tenemos que ir al pueblo´ porque eso significa que tiene que hacer una gran conversión personal. La gente tiene que sentir que su dirigente -sea de un partido u otro- no sea alguien que este fuera de él sino dentro“, precisó.