“Hubo daños en tres paneles en el techo,” dijo Bill Lester, director ejecutivo de la Comisión Metropolitana de Servicio de Deportes, que gestiona el estadio, en una entrevista telefónica.
No hubo que lamentar heridos heridos tras el derrumbe y las reparaciones se demorarán “varios días”, dijo Lester, sin dar información más específica sobre las tareas que habrá que realizar.
El techo, construido en octubre de 1981, sufría habituales filtraciones de agua pero no se había tenido que suspender ningún evento desde 1983. El partido de la NFL entre los Vikingos y los Gigants de Nueva York ya había sido pospuesto para el lunes, pero con el derrumbe no está claro si se jugará en esa fecha.