Comerciantes de Píritu y Puerto Píritu señalaron que el queso y los huevos son los rubros que más han aumentado de precio desde el mes de septiembre de 2014
El oeste de Anzoátegui no se libra del alto costo de la vida, ni siquiera en un alimento como el queso, pese a que es una zona productora de leche.
Para consumidores de Píritu y Puerto Píritu, capitales de los municipios Píritu y Peñalver, respectivamente, adquirir un kilo de queso llanero y un cartón de huevos se ha vuelto una tarea casi imposible. La razón no es otra que el aumento de precio de cada uno de estos rubros: 1.500 bolívares.
La pareja Nikel Manzanares y Frank Mota aseguraron que su ingreso no le permite hacer ese gasto, pese a que ambos alimentos son “indispensables” para el desarrollo del ser humano por los nutrientes que poseen.
“Semanalmente yo compraba medio kilo de queso para hacerle parte de la merienda a mis tres hijos. Ahora casi hago milagro para rendir ese mismo kilo de queso, pero durante quince días”, dijo Mota.
Necesario
Es de resaltar que aunque no todas las variedades de queso poseen los mismos valores nutricionales, el común denominador es la presencia de calcio, proteínas y vitaminas A, B2, D y E.
Este alimento presenta todas las vitaminas y los minerales que aporta la leche, y por eso es imprescindible incluirlo en la dieta diaria, en especial la de los niños y adolescentes, ya que sus diversos nutrientes ayudan a una buena formación de huesos y dientes sanos. Otro tanto sucede con el huevo.
Tres comerciantes de unos 10 expendios de queso del mercado municipal de Puerto Píritu coincidieron en que el costo de los productos llega semanalmente con aumento.
Unos indicaron que pese al precio, las ventas se han mantenido y otros aseguraron que han mermado considerablemente.
“Llegará el día en que no podremos vender ni uno ni otro porque no podremos cubrir el gasto para surtirnos. Todos los viernes el queso viene con aumento y aunque reclamamos, sólo queda comprarlo para tener algo que ofrecerle a nuestros clientes“, dijo un vendedor.
Fuente: El Tiempo