Esta semana se cumple un año desde el lanzamiento del nuevo software, que cuesta desde 80 dólares (57,27 euros) por una simple actualización hasta 320 dólares por la edición más completa, y que sustituyó al impopular Vista.
Si bien los sistemas operativos OS X de Apple y el de Linux han logrado algo de cuota de mercado en los últimos años, Microsoft todavía provee de sistemas operativos al 90 por ciento de los aproximadamente 1.400 millones de ordenadores del mundo.
La compañía espera que más clientes actualicen sus sistemas o se cambien a Windows 7.
Alrededor del 89 por ciento de las empresas, los clientes más rentables para Microsoft -, tienen previsto utilizar Windows 7, dijo Tami Reller, presidente financiero de la unidad Windows.
Las compañías tienden a ir detrás de los consumidores a la hora de adoptar nuevos sistemas operativos, porque tienen que realizar más pruebas con el fin de asegurarse de que encajan con los programas que ya tienen.
Microsoft registró ventas récord de 62.500 millones de dólares en el último año fiscal, una subida de un siete por ciento con respecto al año pasado, e impulsado en gran medida por Windows. Esta unidad aún es la principal de Microsoft, y aporta más de un cuarto de las ventas generales y poco más de la mitad de sus beneficios.