«Michael Jackson sufrió, sin saberlo, una castración química entre los 12 y los 20 años», afirma el profesor de cirugía vascular del hospital Timone de Marsella, al sur de Francia, Alain Branchereau, autor de un libro sobre el rey del pop titulado «El secreto de una voz», a la venta el próximo día 9 de marzo.
El médico, que nunca vio en vida al cantante, se basa en una investigación llevada a cabo con otros doctores y en diversos documentos, como su autopsia, para llegar a esta «hipótesis muy probable», revela en una entrevista publicada hoy por el diario «Le Parisien».
La «textura excepcional» de su voz, capaz de «cubrir tres octavas, frente a las dos que alcanzan los grandes tenores», fue lo que puso a Branchereau tras la pista.
Sólo algunas sopranos, como Maria Callas, lograban tres octavas, afirma el médico, quien asegura que a diferencia de los «contratenores» actuales, que cantan los repertorios de los antiguos «castrati», Jackson nunca pasaba a los agudos.
Branchereau sostiene que el cantante consumió entre los 12 y los 20 años una molécula para luchar contra el acné, un producto que tuvo el efecto de estrechar su laringe.
En su autobiografía, el rey del pop confesó haber sufrido una crisis de acné a los doce años, pero ésta duró muy poco, lo que permite al doctor asegurar que consumió ese producto.
Además, esa medicina hizo que el crecimiento de sus huesos no se detuviera, lo que explica que Jackson fuera más alto y tuviera extremidades más grandes que el resto de su familia.
Su entorno, temeroso de que los efectos del acné perjudicaran su imagen, le impulsó a consumir esa hormona, que dejó de ingerir cuando a los 20 años se separó de su padre como mánager.
Solo entonces, explica el médico, aparecieron los primeros pelos en su rostro.
Sin embargo, los efectos en la laringe no se borraron y Jackson conservó la voz angelical que en el pasado lograban los «castrati», jóvenes que eran castrados físicamente en su pubertad para mantener un tono de voz cristalino.
El cantante «tenía órganos genitales perfectamente normales», afirma el médico, que asegura que «era apto para las relaciones sexuales, como los ‘castrati’ de otras épocas», pero «le privaron no sólo de su infancia, si no también de su adolescencia, lo que obligatoriamente tuvo que tener repercusiones psicológicas».