Mezerhane a Chávez: “¿Quién miente presidente, usted mismo o su otro yo?”

   El empresario Nelson Mezerhane considera que el presidente Hugo Chávez “elude su responsabilidad directa en las crisis fundamentales” del país. A través de un comunicado, Mezerhane le dice a Chávez lo siguiente: “Usted, presidente, miente además a la Asamblea Nacional en todo lo relativo al Banco Federal”.

Este es el comunicado completo:

Miente usted, presidente

“El mentiroso siempre es pródigo en juramentos”. Esta frase se le atribuye al poeta y dramaturgo francés Pierre Corneille, y la tengo presente al escucharlo el pasado 15 de enero, cuando presenta sus cuentos de memoria ante el parlamento recién instalado.
Con mucho acierto el diario El Nacional abre su primera página del siguiente día, así: “Hugo Chávez habló en la AN de un país inexistente”.
Y es que usted, presidente, en su interminable cháchara no sólo elude su responsabilidad directa en las crisis fundamentales – cinco y no cuatro – que hoy vive la nación: la eléctrica, la bancaria, la inmobiliaria, los damnificados, y la violencia narcocriminal que nos envuelve desde los inicios de su mandato; sino que al paso adereza su discurso con afirmaciones fantasiosas, falsificaciones, distorsiones, medias verdades, mentiras a fin de cuentas.
¿Es usted mismo, presidente, o su otro yo quien lo traiciona?
Le escucho decir que oye “a los diputados hablar de que aquí hay un proyecto comunista”, y les responde que “aquí no hay ningún proyecto comunista, eso no es así”. Hace un año, el 16 de enero de 2010, declara usted que “por primera vez asumo y lo asumo, y yo cuando asumo, asumo; asumo el marxismo, Lo asumo”, son sus palabras precisas.

¿En qué quedamos, entonces?
Le oigo sostener ante los diputados de la democracia, presentes en la Asamblea, que “aquí no estamos para exterminarnos unos a otros, [pues] aquí conviviremos toda nuestra vida. Quien se sataniza no se oye, hay que hacer un esfuerzo por el diálogo”, insiste. Y me confundo, presidente, pues días antes, el 6 de enero, usted mismo les amenaza y advierte: “Nuestros diputados los triturarán… serán arrollados por las voces de la verdad de un pueblo que combate”.
Usted mismo es quien ayer manda a los suyos, en 2004, continuar “la ofensiva, para impedir que se reorganicen los opositores, hablando en términos militares, y si se reorganizaran: para atacarlos y hostigarlos sin descanso”, en tanto que ahora, señalado como dictador por la comunidad internacional, da un paso atrás luego de los tres con los que avanza en su golpe de diciembre y pide “dejemos atrás esos códigos amigo/enemigo”.
Usted, presidente, miente además a la Asamblea Nacional en todo lo relativo al Banco Federal. Palabras más, palabras menos, me acusa de cogerme el banco y llevármelo con sus activos al extranjero. Y contradice a su ministro de la Banca Pública, Humberto Ortega, y al mismo Superintendente de la Banca, mayor y pastor evangélico, Edgard Hernández Behrens.
Éste, en carta que dirige a la Guardia Nacional Bolivariana en mayo pasado, a un mes de su decisión de intervenir el Banco Federal para meterle la mano a Globovisión, se refiere en términos favorables a la solvencia y solidez del banco y a su estricto apego a las leyes que rigen su actividad. Y Ortega, por su parte, declara hace menos de una semana que el pago a los clientes de la institución se hace con el producto de “la venta de los activos del propietario del banco, Nelson Mezerhane”.
Le pregunto ¿fue usted o su otro yo quien, el 18 de julio del pasado año, leyó ante el país una lista interminable de los bienes del Banco Federal y de mis bienes, todos incautados por su Gobierno, a cuyo efecto declara que son tantos que alcanzan hasta para pagar las pensiones del Seguro Social?
¿Quién miente presidente, usted mismo o su otro yo?
“La gran masa del pueblo… puede caer más fácilmente víctima de una gran mentira que de una pequeña”. Esto lo cree Hitler y lo práctica usted sin recatos. Por eso, le llamo presidente sin mayúsculas. Usted ha degradado la majestad del cargo y nos hace ver a los venezolanos, ante el mundo, como lo que no somos, mentirosos, farsantes, felones de oficio como todos los comunistas.
Tenga presente y no olvide a Abraham Lincoln: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.

Desde el exilio,
NELSON J. MEZERHANE GOSEN