El miércoles, el presidente de Un Nuevo Tiempo, Omar Barboza, anunció la constitución del grupo y dijo que su prioridad será transmitir el mensaje de que en las elecciones del 26 de septiembre es posible obtener la mayoría en la Asamblea Nacional.
En el equipo estarán Arístides Hospedales (UNT), Luis Aquiles Moreno (AD), Armando Briquet (PJ), Evelio Armas (Podemos), Roberto Enríquez (Copei), Emilio Sequera, Daniel Santolo (LCR), Jesús González (URD) y Carlos Blanco (ABP).
El criterio de selección se basó en los votos obtenidos por los partidos en 2008. En cuanto a los nombres, cada organización designa al representante que estime mejor. Para optimizar la operatividad podría plantearse la designación de una suerte de comité ejecutivo de tres personas, aunque eso se definirá el sábado.
La unificación del mensaje y el desarrollo de una campaña que aglutine a todos los factores de la alianza -sobre la base de su oferta programática y su agenda parlamentaria- es uno de los escollos más importantes de la MUD, luego de haber presentado planchas únicas. Desde diversos sectores se emplaza y exige a la MUD que designe un vocero único y dé respuesta a las decisiones que se toman desde el Gobierno Nacional, pero la realidad es que un problema de fondo que no se ha resuelto es que los criterios siguen siendo disímiles entre algunos miembros de la alianza. Existen desde quienes creen que el mensaje no debe ser polarizado y se inclinan por llamar a la reconciliación para atraer a los disidentes del chavismo, hasta los que opinan que hay que responder a Hugo Chávez en el mismo terreno de la confrontación, que es la posición que abiertamente ha expresado el secretario general de AD, Henry Ramos.
Uno de los designa dos para integrar el comando, consultado sobre qué cree debe hacer el comando una vez instalado, comentó que de lo que se trata es sencillamente de «hacer política». Él lo entiende como dar respuestas inmediatas a través de los medios masivos a los distintos problemas del país que se han agudizado, al tiempo que se atienda la campaña de contacto directo casa por casa.
Elvia Gómez
EL UNIVERSAL