Mayweather conquistó de esta forma el campeonato súper welter de la Asociación Mundial de Boxeo y mantuvo su invicto en 43 peleas, mientras que Cotto cayó a récord de 37-3.
Tras la pelea, Mayweather señaló que “si Manny Pacquiao accede a las pruebas de orina y sangre, habrá pelea. Hay que darle al público lo que quiere”.
Desde el primer asalto, Cotto salió a buscar a Mayweather, quien permanecía esperando por el contragolpe.
Desde el primer asalto, Cotto recibió el apoyo de una fanaticada a su favor, que contrastaba con el amplio margen de ventaja que le llevaba Mayweather en las apuestas, que era de 7-1 un día antes del combate.
A pesar de la agilidad temprana del estadounidense, Cotto logró conectar los mejores golpes del primer asalto con una combinación al cuerpo y rostro del retador.
Contrario a lo esperado, Mayweather se paró a intercambiar golpes con Cotto en el segundo asalto, aunque no era sorpresa que “probara las aguas” para ver qué podía ofrecerle el puertorriqueño y lo que se llevó fue un fuerte castigo arrinconado en una de la esquinas, donde recibió un gancho al rostro.
En el tercer asalto, Cotto pareció contar con velocidad en las manos, no solo colando algunos jabs y fuertes ganchos al rostro, sino que mantenía al margen la ofensiva de Mayweather, quien comenzó a mostrar más fuerza en el cuarto asalto. Pero el siete veces campeón movió la cabeza, como dando a entender que no estaba afectado.
Después del primer minuto de acción en el cuarto capítulo, Mayweather asombró a la concurrencia que había llenado el Arena del MGM Grand con sonoros ganchos a los costados. El cagüeño intentó balancear la acción, pero Mayweather no le dio oportunidad.
En el quinto, Cotto salió decidido a no darle oportunidad a Mayweather a recuperar espacio. Ambos se enfrascaron en un intercambio cuerpo a cuerpo, pero el estadounidense ya no daba oportunidad como antes, con un contragolpeo impresionante y constante.
Pero el puertorriqueño le demostró que tenía más guardado para él y en el sexto asalto, después del primer minuto, alcanzó a Mayweather con un sólido recto de izquierda a la nariz, por donde comenzó a sangrar.
Después de un séptimo asalto tranquilo, Cotto tuvo su mejor episodio en el octavo al arrinconar en varias ocasiones a Mayweather, con sólidas combinaciones al cuerpo y ganchos contundentes para sacudir el rostro de Mayweather, quien daba poca contestación. Sólo movía tímidamente su cabeza en las pausas, para volver a dar la impresión de que no estaba lastimado.
En ese punto, el público en las gradas “luchaba” por quién hacía más ruido, entre los fanáticos de Cotto y Mayweather. Era evidente la mayoría hacia el boricua, pero una muchedumbre aclamaba con fuerza a Mayweather. Después del octavo, se pude decir que se unió en el bullicio los mexicanos que habían llegado para ver la pelea previa de Canelo Álvarez contra Shane Mosley y empezaron a cantarle a Cotto “Sí se puede, si se puede, sí se puede…”
Desde el final del décimo asalto y principio del undécimo, Cotto volvió a retomar la agresividad con algunos rectos al rostro y cortando el desplazamiento de Mayweather, quien sin embargo, se mantenía a flote con el contragolpe.
En el asalto final, Mayweather salió a enviar un mensaje, mostrándose más activo, tirando más golpes desde el principio, provocando que miles de personas se pararan de sus butacas para ver la conclusión de pie. Los gritos saltaron cerca del minuto final con un upper cut que lanzó Mayweather e hizo tambalear la cabeza de Cotto, antes de cerrar el combate con un semblante de confiado, la guardia abajo y moviéndose de un lado del ensogado.
Agencias