Según los beneficios que queramos obtener o el nivel de dulzor que deseemos en nuestros platos, será conveniente optar por la miel o el azúcar
Existen muchas opciones para endulzar una infusión o un postre y es probable que nos preguntemos cuál es la más saludable (o la menos perjudicial).
Quizás estás consumiendo tisanas de hierbas naturales, quieres bajar de peso o te has enterado de la cantidad de químicos que tiene el azúcar blanco.
Por ello en este artículo te contamos sobre la contienda entre la miel y el azúcar: ¿quién ganará?
¿Es más saludable la miel que el azúcar?
Si bien los nutricionistas indican que siempre es mejor disfrutar de un té sin ningún endulzante, es más que habitual que las personas prefieran agregarles algo de “sabor dulce”. Es entonces cuando queremos saber qué opción es la más indicada.
Si nos referimos a la miel (siempre y cuando sea orgánica) tenemos que decir que no solo endulza más que los azúcares refinados sino que también es más sana.
Aporta, por ejemplo, antioxidantes, vitaminas y minerales. Todo este conjunto de nutrientes nos ayudan a evitar los refriados, el dolor de garganta y la gripe.
Además una pequeña cantidad de miel endulza mucho más que una cucharada de azúcar. Por lo tanto, necesitaremos menos para obtener los mismos (o mayores) resultados en nuestros postres o infusiones.
No hay que dejar de lado tampoco que el azúcar refinado aporta calorías vacías. Esto significa que no tiene ningún nutriente, no aporta vitaminas ni minerales.
La miel, al ser producida a partir del néctar de las flores, nos regala una buena cantidad de agua y propiedades nutricionales.
Si hablamos del aporte calórico, ambos endulzantes están al mismo nivel. Por lo tanto, una cucharada de miel tiene las mismas calorías que una de azúcar (aproximadamente 4 calorías por gramo).
Además ambos son ricos en hidratos de carbono simples en proporciones similares.
La miel y el azúcar: diferencias y semejanzas
Una gran diferencia entre ambos endulzantes es el tipo de azúcar que nos aporta cada uno de ellos.
Para empezar, el azúcar refinado o blanco contiene una buena cantidad de glucosa y fructosa (a partes iguales) y la miel cuenta con más de la segunda.
Por eso la miel se absorbe más lentamente y no produce picos de azúcar demasiado elevados en la sangre.
El producto de las abejas tiene un índice glucémico de 39 y el azúcar de 58. Esto no supone una noticia del todo buena para los diabéticos, ya que la miel igualmente tiene azúcar en grandes proporciones.
En cuánto al sabor, quienes hayan probado los dos podrá corroborar sus diferencias.
El azúcar es más dulce por la sacarosa que contiene, pero la miel nos permite disfrutar de gustos diversos en función de las flores con que haya sido producida. ¡Perfecto para no aburrirnos!
A favor del azúcar en la gastronomía, podemos señalar que tiene la capacidad de caramelizarse y de usarse como decoración en pasteles. Además, su consistencia la hace ideal para ciertas preparaciones y platillos.
Pero atención, que la miel no se queda atrás: se puede usar para compactar barritas de cereales y para aportarle aromas a las recetas.
Mitos en relación a la miel
Hasta aquí te hemos dicho objetivamente qué ofrece cada tipo de endulzante para que puedas sacar tus propias conclusiones. El Doctor Gabe Mirkin, experto en nutrición, nos explica por qué no hay tales diferencias abismales en relación al uso de la miel por sobre el azúcar.
Para ello, enseña que el azúcar al llegar al organismo (sea de una manzana, un pastel o un té con miel) es tratado de la misma manera siempre. La diferencia reside en qué “otras cosas” nos deja ese alimento una vez absorbido lo dulce.
Muchos creen que la miel engorda menos que el azúcar y ese es el primero de los mitos que giran en torno al productos de las abejas. A su vez, se suele decir que es una fuente más rápida de energía y eso también es falso.
Si analizamos una cucharada de azúcar y una de miel la primera tendrá 64 calorías y la segunda 46 (además de agua); sin embargo, ambos engordan por igual.
¿Por qué? Pues porque para obtener el mismo resultado “dulce” precisarás una cucharada de azúcar y una y media de miel.
Por lo tanto, estarás agregando al cuerpo la misma proporción de calorías.
Entonces, ¿miel o azúcar?
En realidad, todo depende de la elección de cada uno.
Si bien podemos decantarnos por la miel por una cuestión de naturalidad, también tenemos la posibilidad de escoger la segunda, ya que necesitaremos menos cantidad para endulzar un té, un café o un flan.
Existen muchas opciones para otorgarle sabor dulce a nuestras comidas y bebidas y no es necesario ser tan tajante y solo inclinarnos por una única alternativa.
Lo cierto es que muchos de los alimentos que compramos en el mercado contienen azúcares o edulcorantes “vacíos”, por lo que una buena idea sería usar miel en aquello que sí podemos elegir endulzar (como por ejemplo una infusión o un pastel casero).
La buena noticia es que existen muchas opciones para agregar ese toque dulce a nuestras recetas como, por ejemplo:
El azúcar de coco
La estevia
Los dátiles
el jarabe de agave.
Asimismo, no podemos olvidar opciones como el azúcar mascabo o mascabado (contiene miel) y la melaza de cereales como el arroz, el maíz o la cebada.
Fuente: Mejoraconsalud