En un frenético fin de semana de actividad política, el Parlamento de Italia aprobó un plan de reformas económicas acordado con los líderes europeos, Berlusconi dimitió como Primer Ministro y el Presidente Silvio Napolitano nombró a Monti, una respetada figura internacional, como jefe del nuevo Gobierno.
Monti tiene previsto sostener negociaciones el lunes con los principales partidos políticos, mientras evalúa las opciones para designar al que se espera sea un Gabinete relativamente pequeño compuesto por especialistas fuera del Parlamento.
Tras un tumultuoso fin de semana en que los costos de endeudamiento de Italia alcanzaron los niveles en que Irlanda y Grecia se vieron forzadas a pedir un rescate internacional, la reacción de los mercados el lunes fue positiva.
Más tarde, el Tesoro de Italia colocó 3.000 millones de euros en bonos BTP con vencimiento el 15 de septiembre del 2016 a un rendimiento bruto del 6,29 por ciento.
La subasta tuvo una demanda de 4.406 millones de dólares y un ratio de oferta a cobertura de 1,469 veces. Como resultado, el euro trepaba levemente cerca del mediodía del lunes.
Puesto que la zona euro no puede permitirse un rescate de proporciones para salvar a la tercera economía del bloque, la crisis amenazó con generar un colapso financiero europeo.
Mayor responsabilidad
Napolitano dijo después de nominar a Monti que era necesario realizar un extraordinario esfuerzo para aplacar la crisis y que Italia no podía esperar hasta celebrar elecciones para resolver su parálisis política.
El jefe de Estado sostuvo que el país debe recuperar la confianza de los inversores y de las instituciones europeas.
“Pretendo cumplir esta tarea con un gran sentido de responsabilidad al servicio de nuestro país”, declaró Monti luego de recibir la nominación. “En un momento de dificultad particular para Italia, en una situación turbulenta para Europa y el mundo, el país necesita enfrentar el desafío”, añadió.
Los costos de endeudamiento en Italia superaron la “línea roja” del 7 por ciento la semana pasada, pero los mercados se tranquilizaron tras la noticia de que Berlusconi dejaría el poder y Monti tomaría su lugar.
Berlusconi apareció en la televisión el domingo y afirmó que había renunciado por sentido de la responsabilidad y para proteger a Italia de especuladores.
El magnate de los medios expresó su tristeza de que miles de manifestantes le gritaran insultos – muchos le dijeron reiteradamente “payaso” – y se burlaran de él cuando fue al palacio de Napolitano a entregar su renuncia.