Opinión-. Claro que estoy de acuerdo con mayor protagonismo de la mujer en los asuntos públicos; nosotras tenemos mucho que aportar, y ya lo hemos demostrado en distintos momentos de la humanidad.
Coincido con la reivindicación femenina, aunque no llego a los extremos de algunas feministas, que en vez de reforzar la dignificación de las mujeres, la enturbian, la desacreditan y la radicalizan. Adicionalmente, pienso que como mujeres debemos formarnos y buscar nuestros espacios de manera meritocrática y con sana competencia con el hombre, buscar espacios o beneficios por el hecho de sólo ser mujer refiere a una auto-discriminación innecesaria si te valoras como ser humano desde lo personal y lo profesional.
Punto y aparte merece el hecho de que uno de los papeles fundamentales de la mujer es el de crear vida. Sin nosotras no habría sociedad, no existiría comunidad, y por ende nada por lo cual luchar, porque no habría nadie quien luchase.
Una de las acciones, este es mi pensamiento, que debemos librar las mujeres de hoy es la de reivindicar el papel de madre dentro de la sociedad. No sólo como hacedora de vida, sino como forjadoras de ciudadanos.
Sí, las mujeres estamos llamadas a participar en el terreno laboral, público, comunitario y todo esto sin abandonar nuestra área de influencia más importante y más próxima: La familia.
Somos las madres las que podemos educar a nuestros hijos para que sean hombres y mujeres de provecho. Es en el hogar donde marcamos una diferencia.
Las escuelas dan conocimiento y orientan a los niños en función de sus aptitudes, sin embargo es en la casa, es dentro de la familia, que le enseñamos a las nuevas generaciones valores, principios y su deber para con el resto de la humanidad.
A una madre no debe bastarle con traer al mundo a sus hijos, no debe bastarle cuidarles y alimentarles, sino que tenemos la responsabilidad íntima, familiar y social de formar a los ciudadanos de la nación.
Si en el hogar no hay condiciones mínimas de convivencia, si no educamos a nuestros hijos, si no los orientamos por el camino correcto, entonces ¿cómo esperamos que no caigan en malos pasos?
La sociedad necesita de las mujeres asuman responsabilidades laborales en todos los niveles de la vida económica de la nación, necesita a las mujeres en la arena pública, ya sea desde el orden político o el ciudadanos, y la sociedad necesita, con suma urgencia, que no olvidemos nuestros hogares, que sigamos tejiendo la red de la ciudadanía desde el telar de nuestros hogares.
No apoyo que el denominado liberalismo femenino mate a la maternidad, pues la esencia de ser mujer es ésta y es una de las labores más bellas que Dios y la naturaleza le concedió a las mujeres.
Las madres de hoy tenemos que batallar ante un ambiente hostil, ante la proliferación de antivalores, ante la propagación de malos ejemplos y caminos equivocados que son televisados y endiosados, tenemos que luchar ante un mundo vertiginoso, hiperconectado y cada vez más deshumanizado.
Sin embargo, estoy convencida que las mujeres seguiremos como siempre sacrificándolo todo por nuestras familias, y el cumplimiento firme de nuestro papel de madres de nuestras familias y madres de toda la sociedad.
Ing. María Alejandra Malaver Bellorín / @malemalaver
Junta Directiva Nacional del CIV y Presidente de la ONG Gente y Ciudad