La Familia
Opinión-. Permítanme – apreciados y leales lectores – desviarme un poco de la temática del empoderamiento ciudadano de los temas públicos y del rol de cada miembro de una sociedad para su desarrollo colectivo y común, para abordar un aspecto matriz de la vida de todos: ¡La Familia!
Sí, la familia desde el punto de vista sociológico es el punto de partida del desarrollo social de un país, desde ella se crean los cimientos para la construcción de una sociedad mejor, y ha sido así desde el comienzo de los tiempos.
A pesar que algunas tesis, como la de los liberales (concepción europea del término) tratan de impulsar el carácter individualistas como esencia para la conformación de la sociedad, y, en la acera contraria, aparece el marxismo con su masificación social y la destrucción del ser (individuo) por la masa (la sumatoria de todos los individuos), surgen los valores de la solidaridad, el bien común y la fraternidad como contrapeso a los extremos mencionados, y éstos son principios que se construyen desde la familia.
La unión familiar es vital para la elevación de una sociedad realmente sana, pues es aquí donde se inicia en el proceso de formación de los ciudadanos del mañana.
La sociedad primaria es la familia, allí mamá, papá e hijos conforman una comunidad básica e inicial desde donde se consolidan o no los valores que permitirán una adecuada convivencia en la comunidad ampliada (ya sea en el nivel de vecindad o de ciudad).
La Familia – hoy más que nunca – debe ser defendida por encima de todos los ataques y todas las tendencias a desvirtuarla, pues sin consolidación de la familia, el trabajo de la construcción de una sociedad mejor es cuesta arriba, para no decir prácticamente imposible.
Cada país es el resultado de tres vertientes fundamentales: 1. Es el reflejo de sus líderes (es histórico que las sociedades se asemejen a sus conductores políticos, ya que éstos suelen ser ejemplos vivos y permanentes); 2. La solidez de los principios familiares, un país con familias sanas, robustas y tradicionales, posee una sociedad vigorosa y potente; 3. La capacidad de cooperación entre ciudadanos y gobernantes, si ambos encuentran un punto de convergencia y trabajo en equipo, todos ganan.
He aquí uno de los factores esenciales de la familia. Y, por ende, en estas líneas quisiera pedir – como deseo de Navidad – que esa imagen sagrada de María, José y el Divino Niño Jesús ilumine y bendiga a nuestras familias, que nos sirva de guía para ser mejores padres, mejores hijos y por lo tanto mejores hombres, mujeres y ciudadanos.
La familia es nuestra primera escuela, nuestro primer apoyo, la familia es el seno de nuestros quereres y de nuestras ilusiones. La familia es el eje de la sociedad y el ser humano (solidario, amable, formado, consciente de su papel en el entorno) es el epicentro de la sociedad.
Una sociedad sin familias, no es una sociedad. Y las familias son la primera sociedad de todas… Así de claro.
¡Feliz Navidad!
María Alejandra Malaver (@malemalaver)
Miembro de la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros de Venezuela
Embajadora ONU para la Enseñanza de los ODS