Un sinfín de oportunidades se proyectan en las ciudades de los cuatro costados del país. Sus economías son diversas. La calidad de vida de los ciudadanos, en algunos lugares más elevadas que en otros, aunque a fin de cuentas muchos se arropan hasta donde la cobija alcanza.
En Nueva Esparta las opciones son diversas, pero por fortuna su condición de Puerto Libre le garantiza a gran parte de la ciudadanía adquirir decenas de productos sin pagar el 12 por ciento de Impuesto al Valor Agregado (IVA). Sin embargo, visos de encarecimiento en algunos sectores no dejan de sorprender a más de uno que acude a Margarita y se lleva la impresión de que en la Isla están las ciudades más caras de Venezuela.
LATENTE INFLACIÓN
Tarifas de servicios de taxis por las nubes, alquileres de habitaciones e inmuebles excesivamente caros y un creciente descontrol de precios, son varios de los factores que influyen en este escenario, al que además se suma la latente inflación que vienen enfrentando los venezolanos en los últimos años, la cual supera los 30 puntos porcentuales.
REGULACIÓN VERSUS ESCASEZ
Para ciudadanos como Jesús Salazar, quien habita en la calle San Nicolás de Porlamar, los alimentos, al menos que sean regulados, se consiguen a precios costosos en la Isla. Opina que este control aplicado por el Gobierno sólo genera más caos a la cadena de comercialización, pues el llamado mercado negro hace de las suyas y revenden de manera exacerbada los productos que no se encuentran en los supermercados.
PASAJE MÁS CARO DEL PAÍS
Entre distancias cortas y largas, recorridas en un mismo municipio insular, o fuera de él, se mueve el transporte público en la región. Hasta la fecha uno de los más caros en comparación con la capital y las principales urbes del Oriente, Occidente y Centro del país, donde subir al Metro no excede de un bolívar y montarse en la populares busetas cuesta entre 2,00 y 2,50. El tabulador de precios del pasaje urbano en Nueva Esparta maneja costos que van desde los 3,00 bolívares en días hábiles, hasta 4,50 bolívares en los feriados y fines de semana.
Las estrategias del neoespartano son una carta bajo la manga para rendir los salarios, en muchos de los casos ajustados al sueldo mínimo. Buscar la economía se hace una rutina en los mercados populares, tiendas del centro y zonas claves para las ofertas y rebajas.