Mujeres, hombres, niños, jóvenes y ancianos, se dieron cita para ofrendar a la madre de Dios con delicados arreglos florales.
“Vengo todos los años. Mi amor por la Chinita no tiene límites. Ella curó a mi padre de un problema en el corazón y vengo a pagar promesa”, dijo conmovida Rosa Aguedo.
Según reseñó el diario marabino, Panorama, la eucaristía que se llevó a cabo a las 8:00 de la mañana fue oficiada nuevamente por el arzobispo de Calabozo, monseñor, Manuel Felipe Díaz.
Como ya es costumbre, decenas de personas visitan a la Señora del Rosario de Chiquinquirá, horas antes de que comience la tradicional procesión lacustre.