La tarjeta funcionaría de una forma muy sencilla, el Gobierno depositaría la inicial del costo de la vivienda en ésta, como una verdadera garantía. Si el Gobierno cumple, construye y entrega las viviendas a las familias, tomaría la inicial aportada; caso contrario, si no cumple en el plazo establecido debe depositar el faltante del costo promedio de una vivienda para que el beneficiario la adquiera en el mercado secundario.
El Gobierno ejercería un control electrónico para verificar que no existan especulaciones ni desvío de recursos, y la tarjeta reemplazaría el tradicional cementerio de planillas en que terminan convertidos esos censos que hacen a propósito de cada campaña electoral. El registro se podría efectuar a través de las planillas, aunque este método genera humillantes colas, o realizarse electrónicamente bajo parámetros similares al que se usa para las citas del pasaporte u otras transacciones de primer nivel.
Esta es una propuesta que nace de nuestra voluntad reiterada y firme de sostener y defender el derecho del pueblo de obtener una vivienda de verdad y no sólo burusas y promesas falsas. Es una idea sencilla y confiable, una solución real y práctica para que el Gobierno la asuma de forma inmediata.
El Gobierno tiene abundantes recursos para transferir los fondos correspondientes a la tarjeta, terminando con los tradicionales engaños y cuentos de camino. Si una casa, por ejemplo, cuesta 100 mil bolívares, Mi Negra garantizará el depósito de 30 mil bolívares por núcleo familiar, que serviría sólo de cuota inicial en la compra de la vivienda.
En el país hay terrenos de sobra, el petróleo está sobre los 105 dólares el barril, la masa trabajadora del sector inmobiliario y de la construcción está parada en espera de oportunidades de empleo. Gente que conoce la materia y constructores hay por todas partes, lo que falta es voluntad para cumplirle al pueblo.
El Gobierno Nacional ha recibido más de 20 mil millones de dólares en los últimos meses por el incremento de los precios del petróleo, son más de 86 mil millones de bolívares, sólo en ingresos extraordinarios. Sobra dinero para crear la tarjeta Mi Negra y evitar que esos recursos se vuelvan a diluir y nada le llegue a la gente.
Es una propuesta que debe asumir el presidente Chávez si en verdad está dispuesto, después de 12 años, a solucionar la crisis habitacional de los venezolanos o por el contrario serán las fuerzas democráticas quienes la asuman con el nuevo gobierno en el 2012.