1. Trabajarán más duro que lo que jamás habían imaginado. Temas aparentemente tan simples como lavar los platos sucios o recoger la ropa del piso, que suelen darse por sentados, podrían detonar discusiones importantes si no se tratan con la seriedad necesaria. Deberán alcanzar acuerdos sobre asuntos importantes, como el dinero, pero también sobre temas no tan serios. Se trata de encontrar un equilibrio, y eso cuesta tiempo, trabajo y dedicación.
2. Nunca se irán enojados a la cama. Si están discutiendo, lo peor que pueden hacer es dormirse sin haber “hecho las paces”. Lo único que conseguirán es no dormir bien y, además, ¿qué puede ser mejor que dormir abrazada de tu pareja? No tienen que resolver el problema a fondo, pues quizá lo que necesitan es descansar para tranquilizarse y pensar mejor las cosas; simplemente cálmense y dense un abrazo cariñoso.
3. Deberán alcanzar acuerdos. Muchas veces creerás tener la razón… y él también. Cuando se trata de ciertos desacuerdos es mejor llegar a un consenso que seguir peleando, pues las cosas no son solo negras o blancas, sino que también hay matices. Se trata de respetar la posición del otro y lograr un equilibro; pese a que discutir es bueno, también es importante reconocer cuando el otro tiene la razón.
4. Resolverán sus conflictos. Existe una idea mal concebida de que las parejas “perfectas” son aquellas que nunca tienen problemas. Esto es completamente falso: tener desencuentros es perfectamente normal, la sabiduría en pareja reside en saberlos resolver a tiempo. Las peleas no romperán su relación, sino que la fortalecerán.
5. Se darán cuenta de que no pueden cambiar al otro. No existe el hombre perfecto, y la fantasía de que podemos cambiarlo es solo eso: una fantasía. Podemos asumir una enorme responsabilidad de querer cambiar a la pareja, pero transformarla en nuestro ideal es una tarea imposible, que se debe comprender tarde o temprano. Es mucho más fácil que cambies tu forma de responder ante sus actitudes, seas más comprensiva y empatices con su forma de ser.
6. Cuando enfrenten tus miedos e inseguridades, el trabajo estará hecho. Problemas, falta de confianza, celos y control son sólo algunos problemas a los que te enfrentarás durante el matrimonio. Conocer muchas de tus propias frustraciones es una oportunidad para que hagas frente a ti misma y dejes de lado los problemas que pueden aparecer debido a tu falta de seguridad.
Vía Terra.com