El presidente argentino, Mauricio Macri, afirmó que los hechos de violencia registrados el lunes y el jueves en Argentina fueron «orquestados» y «premeditados» para que no funcionara el Congreso mientras debatía una polémica reforma de pensiones que fue aprobada este martes.
«Toda esa violencia que vimos claramente orquestada la vamos a enfrentar en la Justicia para saber quiénes fueron los responsables», declaró Macri en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, sede del Gobierno, en Buenos Aires.
El mandatario consideró que «esto que pasó fue premeditado, no espontáneo, y buscó que no funcione el Congreso de la nación». «Pero a pesar de todo lo que hicieron nosotros demostramos que la democracia funciona en la Argentina», subrayó.
Los violentos disturbios tuvieron lugar el lunes durante varias horas frente al Congreso nacional en Buenos Aires, donde manifestantes derribaron las vallas y lanzaron una lluvia de piedras, bombas de estruendo y molotov a los policías que custodiaban el lugar.
Los efectivos desalojaron a los manifestantes con cañones de agua a presión, gases lacrimógenos y balas de goma. Hubo 162 heridos, entre ellos 88 policías, y más de 60 detenidos. Por la noche hubo amplios «cacerolazos» en diversos puntos de Buenos Aires y sus alrededores en protesta por la reforma impulsada por Macri.
«Me llena de dolor», aseguró Macri. «Lo que pasó ayer no se puede naturalizar, por eso me sorprende no haber escuchado mayor condena por parte de líderes de la oposición, de dirigentes importantes», cuestionó. El presidente advirtió en ese sentido que no prosperarán los intentos de desestabilización a través de la violencia.
La ley de reforma de pensiones fue aprobada este martes por la Cámara de Diputados por 128 votos a favor y 117 en contra, y dos abstenciones, luego de una maratónica sesión que comenzó poco después del mediodía del lunes.
La reforma afecta a unas 17 millones de personas, entre jubilados, pensionados y beneficiarios de planes de asistencia social.
La iniciativa modifica la fórmula para calcular los aumentos, que en vez de ser según el índice de variación de los salarios y la recaudación será de acuerdo con la inflación y un índice de salarios estatales.
Para la oposición, el nuevo método significará una pérdida de más de seis por ciento en las pensiones, mientras que el oficialismo considera que una vez consolidado el cambio, el dinero que recibirán los beneficiarios será mayor al actual.
La modificación en el cálculo le permitiría al Estado obtener un ahorro de unos 100.000 millones de pesos (unos 5.630 millones de dólares) en 2018.
«Esta fórmula les va a garantizar a los jubilados que siempre estarán mejor que la inflación», subrayó el presidente, que reconoció que aún no pudo dominar el alza de los precios desde su asunción, hace dos años.