“Las informaciones que tenemos son que el ataque, el bombardeo, fue hecho en aguas internacionales y, por lo tanto, Israel no tenía derecho a hacer lo que hizo”, afirmó el gobernante brasileño en breves declaraciones que concedió a periodistas tras un acto oficial.
“Yo condeno” el ataque, pero “vamos a esperar que haya mejores investigaciones” sobre lo ocurrido, agregó el mandatario.
Lula insistió en la posición brasileña de defender una paz negociada en Medio Oriente.
“Estoy sinceramente convencido de que no es el uso de armas lo que va a garantizar la paz. Lo que va a garantizar la paz es mucha conversación, mucho diálogo, inversión en comida para acabar con el hambre de los países más pobres del mundo…”, dijo.
“Los dirigentes necesitan aprender a dialogar más”, agregó.
El Gobierno brasileño ya había condenado la víspera el asalto de la Marina israelí y convocó al embajador de Israel en Brasilia a la cancillería para manifestarle su “indignación” por el hecho.
Brasil también exigió una dura condena del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el asalto en aguas internacionales “a un convoy pacífico de carácter estrictamente humanitario”, y pidió, además de una investigación independiente, que sea levantado inmediatamente el bloque impuesto a los palestinos en Gaza.
“No podríamos haber quedado más impresionados” ante el asalto sufrido por “personas pacíficas” que “no suponían ninguna amenaza” e intentaban llevar a cabo “una misión humanitaria”, dijo el lunes el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim.
Brasil aún espera que Israel cumpla su promesa de deportar a la cineasta y activista Iara Lee, la única brasileña que estaba en la Flotilla de la Libertad.
EFE