Los ucranianos corren para ver los inmuebles de lujo de Viktor Yanukóvich, que han estado cerrados al mundo durante casi una década, y se frotaron los ojos con incredulidad cuando fueron confrontados por la escala de opulencia que construyó a su alrededor.
La propiedad en Mezhyhirya, a una hora en automóvil de Kiev, tiene un campo de golf, helipuerto y está situado en un país donde el salario promedio es de menos de £300 al mes.
Debajo de la casa hay un garaje lleno de vehículos deportivos clásicos valorados en millones,mientras que en los jardines, exóticos avestruces australianos y africanos estiran sus patas.
Yanukóvich, de 63 años, se refugió en la clandestinidad este sábado pues la crisis de tres meses y confrontación con su pueblo se encontró con él, con sus relajados fines de semana en el lujo detrás de altos muros patrullados por decenas de guardias de seguridad.
Cuando el sueño terminó y el personal de Yanukóvich huyó de la mansión de Gatsby, el movimiento de protesta de Kiev invitó a los ucranianos a ir a ver la opulencia en la que el mandatario vivía.
A medida que avanzaban a pie y en carro, en los terrenos de 140 hectáreas daban el primer vistazo a un lujo que no podían sospechar. Los ucranianos miraban atónitos con asombro en el entorno de un cuento de hadas.
Allí vieron reflejados los sueños inflados de un potentado de Oriente Medio -con múltiples obsesiones en relación con la seguridad- en lugar de un hombre tosco de la Nitty al este de Ucrania que llegó a la cima de una manera difícil.
Yanukóvich compró una pequeña casa al inicio de su presidencia en 2010. Posteriormente, de acuerdo con medios de comunicación locales, adquirió el control de la finca completa que existe hoy en día a través de una cadena de empresas con las que tenía estrechos intereses.
Más allá de una casa de estilo ruso de cinco pisos -algunos dijeron que era su casa de huéspedes- una escalera de piedra se abría hacia un panorama paisajístico con agua, caminos arbóreos y avenidas arboladas que se extienden en la distancia.
Pocas personas -aparte de Yanukóvich y de unos pocos elegidos y familiares- habían visitado un lugar secreto que ha sido trazado por las imágenes de satélite como un helipuerto y un campo de golf.
“Este es un monumento a un tirano que queremos mostrar a la gente”, dijo Eduard Leonov, un diputado del partido de extrema derecha nacionalista Svoboda.
Con información de Dailymail