Sin embargo, no pudieron cumplir con su objetivo. El delantero no aterrizó a la hora esperada y llegó desde Brasil en un vuelo a las 5 de la mañana de Montevideo, cuando el aeropuerto estaba cubierto de niebla y vacío de simpatizantes.
Según la prensa uruguaya, Suárez arribó desde Brasil acompañado de su esposa y sus hijos, uno de sus hermanos y sus cuñados.
Los centenares de aficionados habían acudido al aeródromo convocados por las redes sociales a esperar al jugador, que supuestamente iba a aterrizar el jueves a las 20.30, hora local (23.30 GMT) y, junto a ellos, acudió a esperarlo el mandatario.
Antes de marcharse el jefe de Estado declaró al Canal 12 de la televisión local que, tras esta acción de la FIFA que indignó a todo el país, “Uruguay se pone peligrosísimo” en el Mundial.
“Cuánto más nos pegan peor es. Pobrecitos. Imagino la bronca de los muchachos”, sostuvo el presidente.
Pese a la larga espera, en el aeropuerto quedó un grupo enarbolando banderas, pancartas y fotografías del jugador nacido en Salto (noroeste de Uruguay) dispuesto a esperar pese al frío de la noche en Montevideo ante la terminal aérea para transmitir su apoyo al ídolo de la Celeste.
La gente acudió al aeropuerto pese a que, desde un primer momento, se anunció que un gran servicio de seguridad rodearía la llegada del jugador y que éste no pasaría siquiera por la terminal aérea, ya que sería recogido en la pista por un auto que lo llevaría directamente a su casa en Montevideo.
El delantero se despidió en horas de la tarde de sus compañeros en la concentración en la ciudad de Natal, donde lo acompañaban su mujer y sus dos hijos.
La plantilla viajó antes hacia Río de Janeiro, donde este sábado chocará con Colombia en partido de los octavos de final.
El jugador del Liverpool fue obligado además a abandonar la concentración de la Celeste en el Mundial de Brasil.
Desde el momento en que se conoció la sanción a Suárez, miles de ciudadanos uruguayos expresaron su indignación a través de las redes sociales por una medida que consideraron “desproporcionada” e “injusta”.
El apoyo a la estrella celeste en su país natal se convirtió incluso en una cuestión de Estado, y fue objeto de una reunión entre Mujica, y la ministra de Turismo yDeportes, Liliám Kechichián, para analizar una posible respuesta oficial a la decisión de la FIFA.
Mujica ya se había expresado en defensa de Suárez argumentando que no había visto que el salteño hubiese “mordido a nadie”.
La sanción sobre Suárez caló hondo en el sentimiento patriótico de Uruguay, una nación de poco más de tres millones de habitantes que vive el fútbol como su pasión y se vanagloria de tener una gran cantera de jugadores.
EFE