El venezolano Salazar, manager de un equipo de ligas menores de la franquicia, estaba en la cueva cuando fue golpeado por el batazo de Brian McCann durante el primer inning de un juego de pretemporada contra los Cardenales de San Luis el 9 de marzo. Quedó inconsciente y tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital.
«Tengo mucha suerte de estar vivo», dijo Salazar. «Dios me ha dado una segunda oportunidad para vivir y voy a aprovecharla».
Señaló que espera sumarse en abril el equipo de Lynchburg, de Clase A, para el inicio de la Liga de Carolina.
Los doctores no pudieron salvarle el ojo y se lo tuvieron que remover el 15 de marzo. Después de una semana hospitalizado en Orlando, Salazar pasó una semana en su residencia en Boca Ratón, Florida.