En términos muy sencillos y prácticos, el sector manufacturero es aquel que se dedica a transformar materias primas en bienes terminados. Nos referimos como “bienes terminados” a esos productos que ya están listos para ser adquiridos por los consumidores finales. La situación actual de este sector en Venezuela es de depresión, en buena parte motivado al ataque gubernamental de los últimos años hacia la empresa privada del país. Nunca la contribución del sector público había sido más grande que la del sector privado en el PIB de Venezuela, hasta la actualidad (data del BCV), tendencia que no parece pueda revertirse en el corto-mediano plazo.
En la Venezuela de 1998, el sector manufactura era la principal actividad económica del PIB no petrolero. En ese año, la actividad petrolera representaba 18,7% del total del PIB, mientras que la manufactura fue responsable del 17,4%. La tercera posición entre las actividades con mayor importancia (como porcentaje del PIB) se la disputaban los productos y servicios del gobierno central (10,6%) y el sector inmobiliario (10%). El sector financiero aparecía con lejano 2,4%, casi el mismo peso del sector comunicaciones. Veinte años después la situación es muy distinta, el sector manufactura ha perdido importancia dentro del PIB.
Desde la llegada de Maduro al poder hasta el tercer trimestre de 2018, el sector manufactura presenta un desplome de un poco más de 76%. Esta situación ha traído como consecuencia que para el tercer trimestre del año 2018 (todas estas cifras basadas en lo publicado recientemente por el Banco Central de Venezuela), el sector manufactura pasara a representar apenas 8,5% del PIB venezolano, casi la mitad de 1998. Luego del sector construcción, ha sido el sector que más peso (como porcentaje del PIB) ha perdido en ese período de tiempo.
El sector manufactura está en descenso desde el tercer trimestre de 2013, 21 trimestres seguidos según la data del BCV actualizada hasta el tercer trimestre del año 2018. Si suponemos que ese comportamiento se ha mantenido hasta la fecha, podríamos decir perfectamente que, para el final de 2019, el sector tendrá 26 trimestres corridos en caída.
Cuando revisamos el comportamiento de la manufactura privada, este ha tenido una disminución más fuerte que el sector manufactura en general. Entre abril de 2013 y diciembre de 2018 (el BCV publicó data hasta enero de 2019) la manufactura privada cayó 81,2%. ¿Qué sectores que componen la manufactura privada venezolana tuvieron las caídas más grandes? Son muchos, pero destacan: fabricación de vehículos automotores 95,4%, fabricación de productos de caucho 94,7%, fabricación de plásticos 96,1%, prendas de vestir 75,2%, elaboración de azúcar 82,9%, productos lácteos 76,4%, procesamiento de carne 89,8%, fabricación de papel 95,6%, industrias básicas de hierro y acero 79,8%, fabricación de productos farmacéuticos 92,0% y un largo pero demoledor etc.
Muy grave que el sector manufactura esté atravesando esta terrible situación. La importancia de este en cualquier país del mundo es evidente, va desde generación de trabajo, oferta de productos, innovación, hasta oportunidades de financiamiento, innovación, aumentos en los ingresos en divisas para el país y mejora en la calidad de vida de la población al contar con esos sectores como generadores de oportunidades y bienestar. De darse un cambio político en Venezuela, el sector debería recuperarse de manera importante, pero mientras eso ocurre es fácil pronosticar que la tendencia depresiva se mantenga y hasta se profundice.