En el artículo se señala un encuesta de la empresa Datos del 2010, que refleja que 73% de los trabajadores prefiere llevar la comida preparada antes que pagar por un almuerzo.
Sin embargo, algunas personas prefieren seguir comiendo en la calle, como es el caso de José Alberto Hernández que vive en Guatire y trabaja en Caracas, y no tiene tiempo para cocinar. Admite que el sacrifico es grande: gasta por lo menos 800 bolívares mensuales en un menú ejecutivo económico de sopa, seco y jugo.
Dependiendo de la zona el precio varía, por ejemplo en Los Ruices un menú popular de sopa, seco y jugo cuesta 40 bolívares, y en Sabana Grande, 30 bolívares. En la mayoría de locales de comida rápida los combos están entre 45 y 75 bolívares dependiendo del menú.
Por su parte, los dueños de los restaurantes señalan que las ventas han disminuido notablemente. Ese es el caso de Danny Pico, gerente de Gran Restaurante siglo XX, situado en Sabana Grande, afirma que las ventas están por el piso. “Antes, la gente compraba comida todos los días, ahora una vez a la semana”.
Gabriel Zanardi, dueño de un local en Los Ruices, tiene otra percepción del negocio. Señala que las ventas están regulares y varían de acuerdo con la fecha y zona de trabajo. “Los lunes siempre hay más gente. La demanda depende de la quincena y la flexibilidad en la hora de almuerzo de los trabajos”.
En el primer trimestre la facturación se ha reducido entre 20% y 25%, según el director de la Cámara de Franquicias, Alfonso Riera. Refiere que muchos comerciantes tratan de sobrevivir a la caída de la demanda y a la inflación, manteniendo algunas ofertas.