Los motorizados se resisten a las reglas

      José Briceño, mototaxista de la cooperativa California Norte, no tiene reparos en admitir que viola la norma para cumplir su trabajo, reseña El Nacional. “La Ley que nos impusieron es fantasiosa. Se hace complicado utilizar chalecos porque muchos motorizados trabajamos en dos lugares a la vez. Tampoco podemos circular sin dejar de zigzaguear, pues la vialidad en el país impide manejar por un solo canal”, dijo.

En las calles y avenidas de la ciudad, la Ley de Transporte Terrestre sobre el Uso y Circulación de Motocicletas en la Red Vial Nacional y el Transporte Público de Personas en la Modalidad Individual Moto Taxis, publicado el 5 de octubre de 2011 en Gaceta Oficial 39771, parece convertirse en letra muerta. La legislación prohíbe la circulación por varios canales y el traslado de pasajeros niños o de edad avanzada, entre otras irregularidades.

Para Ricardo Vargas, presidente de la Organización Integración de Motorizados, todavía hace falta ajustar algunos detalles en la normativa. “Se hicieron varias observaciones, pues la legislación debe adecuarse a ciertas realidades.

Esperamos que se tomen en cuenta antes de marzo, fecha en que termina la vacatio legis (período que transcurre desde la publicación de una norma hasta que entra en vigor) para que sea acatada plenamente”, explicó.

En la cooperativa Gran Manzana, en Plaza Venezuela, no existe motociclista que desconozca la ley. Moisés Castillo, que traslada a diario un promedio de 20 personas, está de acuerdo con una reglamentación, pero cuestiona los canales para aplicarla. “Hace unos días monté a una pasajera y le di el casco, pero no me percaté de que la chica nunca se lo puso. Entonces, un fiscal de tránsito me multó con 350 bolívares”, relató.

El caso de Castillo suele ser excepcional en las autopistas. En un recorrido se pudo constatar que los motorizados que infringen la norma, usualmente, no son sancionados. En la autopista Francisco Fajardo circulaba un motociclista que llevaba un gran televisor. Otro transportaba una escalera en la Libertador. Es frecuente también observar a niños como pasajeros de mototaxis.

Gabriel Montilla, usuario del servicio mototaxi, opina que la normativa no se cumple por desidia. “Ocasionalmente se ven fiscales en las autopistas, por ejemplo. Allí los motorizados hacen lo que quieren. Algunos cumplen con las normas y otros no porque simplemente les da flojera utilizar cascos o aguardar para circular por los canales reglamentados”, señaló.

A juicio de Eddy Luz Cristiani, presidenta del Instituto de Transporte de la Alcaldía Metropolitana, la falta de educación y de custodia en las vías públicas es la causa de que la normativa no se cumpa.

“Cuando se publicó el reglamento advertimos que si el Ejecutivo nacional no estaba en condiciones de garantizar el control en la vía pública, iba a ser ley muerta. Los motorizados y conductores no están recibiendo programas de educación vial que ayuden a tener una conducta apropiada o a respetar las normativas”, detalló.

Conciencia en la vía
Pese a que el instrumento legal ya fue publicado en Gaceta Oficial, los motorizados de la cooperativa La California Norte esperan que se les hagan algunas modificaciones para acatarlo. “Queremos cumplir con el reglamento, pero el que vendrá con los arreglos. Nosotros intentamos estar ajustados a la ley. No tenemos los chalecos porque se habló de financiamiento y estamos esperándolo”, indicó Víctor Bracamonte, que trabaja en la línea de mototaxi.

En esa cooperativa hay 23 motocicletas con características diferentes. Unas destacan por su modernidad y equipos de seguridad, mientras que otras carecen de espejos retrovisores. Son particulares y debieron adecuarse a la normativa. Sin embargo, Bracamonte asegura que cuentan con pocos recursos, pero intentan cumplir las reglas de seguridad.

Anabel Fernández, pasajera de mototaxi, considera que el servicio suele ser una alternativa en la ciudad. “En Caracas se vive metido en una cola.

Por eso, se recurre a las motos, pues te ahorran tiempo. Lamentablemente, necesitamos que se haga cumplir el reglamento, lo cual no está ocurriendo”, afirmó.

Cristiani destacó que la infraestructura de la ciudad también podría contribuir al desacato de la legislación. “Advertí en muchas ocasiones que el hombrillo tiene una razón de ser. Los automóviles que se quedan accidentados deben ocuparlo hasta que llegue una grúa para auxiliarlos. No es posible que se haya pensado su uso para que circulen motorizados, eso es normalizar una irregularidad”, subrayó.