Luego de dos años del inicio de su mandato, Donald Trump , el discurso del Estado de la Unión llegó en un momento de fuerte tensión entre el oficialismo y la oposición, por lo que el presidente se apoyó en momentos emotivos que distendieron el ambiente y hasta causaron desde carcajadas hasta lágrimas en el Congreso.
El primer momento de unión
Trump marcó en el Capitolio uno de sus mensajes más comprometidos con la unión de las fuerzas políticas en Washington, con una retórica mucho menos agresiva que en otras ocasiones. No sería fácil convencer de ello a la oposición, que lo recibió con gestos adustos.
La mención al astronauta Buzz Aldrin, presente en el discurso y que formó parte de la expedición de la NASA que llegó a la Luna hace 50 años, fue la primera vez que la totalidad de los políticos realizaron una ovación cerrada. El reconocimiento fue unánime.
«Celebramos 50 años desde que los pilotos jóvenes y valientes volaron un cuarto de millón de millas a través del espacio para plantar la bandera estadounidense en la faz de la luna», sostuvo.
El misterioso aplauso de Pelosi
Es actualmente la principal «enemiga» de Donald Trump. La vocera de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es quien lidera la oposición demócrata en dicho recinto, por lo que cada interacción que ambos sostuvieron fue atentamente seguida por los analistas.
«Debemos rechazar las políticas de venganza, resistencia y represalias y abrazar el amplio potencial de la cooperación, compromiso y bien común», indicó Trump, tendiendo puentes para el diálogo. En respuesta, Pelosi aplaudió con gestos que llamaron la atención de muchos, incluso de quienes creen que fue una ovación irónica por las tensiones que mantuvieron durante el reciente cierre de gobierno. No tardó en volverse blanco de memes en las redes.
A lo largo del discurso, el bloque femenino demócrata se mantuvo poco receptivo a los argumentos de Trump. Sin embargo, hubo un momento en el que aplaudieron de pie con entusiasmo y hasta bailes.
Fue cuando el presidente destacó que la mayoría de los nuevos puestos de trabajo en el país han sido ocupados por mujeres. El bloque demócrata femenino, llamativo por su vestimenta blanca en conmemoración del movimiento que consiguió el voto de las mujeres un siglo atrás, se levantó de sus asientos con grandes sonrisas de celebración.
«No tenían que hacer eso. Gracias. Muchas gracias«, les bromeó el presidente. Y agregó: «No se sienten todavía. Les va a gustar esto«. Acto seguido, recordó que «ahora hay más mujeres en el Congreso que nunca», generando una nueva ovación, al grito de «women power!» (¡poder de las mujeres!).
Un cumpleaños feliz
El solemne discurso fue interrumpido por un «Feliz cumpleaños»: fue cuando Trump presentó a Judah Samet, un sobreviviente de la matanza de la sinagoga de Pittsburgh a fines de octubre, en la que murieron 11 personas. La vida de Samet, además, también está marcada por su paso por un campo de concentración nazi, del que salió con vida tras la intervención de las tropas norteamericanas.
Cuando Trump dijo que era el cumpleaños del hombre, los asistentes al recinto comenzaron a cantarle en homenaje a la fecha. El presidente, sonriente, admitió en tono de broma: «No harían eso por mí».
Lágrimas de emoción
Una mujer afroamericana, ex convicta, también fue una de las invitadas de Donald Trump a su discurso. «El año pasado me enteré, por amigos, de la historia de Alice Johnson. Me conmovió mucho. En 1997 Alice fue condenada a prisión perpetua por un primer delito, no violento, en drogas. Durante las siguientes dos décadas en la cárcel se volvió ministra, e inspiró a otros para que eligieran un camino mejor. La historia de Alice subraya las disparidades y la injusticia que puede existir en una sentencia penal, y la necesidad de remediar esta injusticia», relató el mandatario estadounidense, celebrando la reforma carcelaria lograda por su Administración.
Johnson, sin antecedentes ni hechos de violencia, no podía acceder a beneficios de libertad condicional por tratarse de un delito federal. Bajo el marco legal actual, sin el indulto de Trump, nunca habría podido salir de prisión.
En junio de 2018, Trump conmutó la sentencia a cadena perpetua, una semana después de que la empresaria Kim Kardashian lo visitara en la Casa Blanca y le pidiera clemencia para esa presa.