Tras saber que el primer ministro y candidato a la presidencia de Rusia, Vladímir Putin, ganó las elecciones presidenciales en la primera vuelta, los habitantes de los países occidentales no prestaron mucha atención a esta noticia y se ocuparon de sus asuntos.
La causa es simple: aunque las presidenciales en Rusia fueron el tema número uno en la mayoría de medios de información, nadie esperaba sorpresas.
La única polémica interesante se suscitó en torno a los pronósticos de la política (especialmente la política exterior) del nuevo presidente ruso en vista de los acontecimientos que se desarrollaron en este país en invierno de 2011-2012.
A la comunidad internacional le interesa más si será fuerte o débil una Rusia con la que tendrán que desarrollar sus relaciones.
Argumentos de las partes
Es evidente que las elecciones en Rusia no es el asunto prioritario para otros países. El conflicto en Siria ha pasado al primer plano para Europa. A Japón le interesa quién y cómo había ocultado datos sobre el nivel real de radiación tras el accidente en la central nuclear de Fukushima. Y el pasado domingo 4 de marzo, se celebraron las elecciones parciales al parlamento en la India lo que implicó mucha tensión.
La campaña presidencial en EEUU atraviesa un momento crítico. El exgobernador de Massachusetts, el republicano Mitt Romney, encara con euforia este “super martes”, 6 de marzo, cuando se votará en diez estados para decidir el candidato republicano a la presidencia.
Mientras, el actual presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para pedirle paciencia y contención ante la posibilidad de que Israel lance un ataque preventivo contra instalaciones nucleares de Irán.
En lo que se refiere a Rusia, existe una constante en las noticias detalladas que se transmiten por la prensa occidental desde Moscú. Es la primera o segunda frase en la que se intenta evaluar los acontecimientos y que se difunde posteriormente por todo el mundo a través de Twitter.
Por ejemplo, “después de ocupar el cargo del primer ministro durante cuatro años, Vladímir Putin intenta regresar al Kremlin pese a las denuncias de fraude e infracciones electorales”, escribe el diario británico The Guardian, así como muchos otros periódicos que hacen constar en la entradilla que “los observadores independientes y activistas opositores denuncian múltiples irregularidades en las elecciones”.
Esta información corresponde a la realidad: tales denuncias han aparecido. Pero se podría añadir también la opinión de la otra parte. Por ejemplo, según la Comisión Electoral Central de Rusia (CEC), muchas de estas denuncias se ha preparado anticipadamente y la mayoría de estas no se ha confirmado. Esto también corresponde con la realidad.
Además, las fotografías publicadas en los medios de información occidentales tan solo ilustran las manifestaciones de protesta contra Putin. Y así se contempla de manera un poco extraña el antiguo principio del periodismo que exige analizar los argumentos de ambas partes. Se supone que los medios de información más populares forman la opinión pública y posteriormente los Gobiernos anuncian que deben respetarla y afrontar los problemas.
Problemas similares a los que tienen con Siria. “En realidad no sabemos a quién estaríamos armando”, declara frente al Congreso estadounidense la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, sugiriendo que la entrega de armas a la oposición al régimen del presidente sirio Bashar Asad podría beneficiar a la organización terrorista Al Qaeda. Son problemas que surgieron respecto a quién desató el conflicto armado en Osetia del Sur que estalló en agosto de 2008.
Aunque son los países occidentales los que afrontan estos problemas, al fin y al cabo Rusia debe resolverlos.
Los rusos están por todas partes
Tras el segundo mitin ‘Por unas elecciones limpias’, que se celebró en la avenida Sájarov de Moscú en diciembre pasado, escribí que eran rusos los autores de noticias y comentarios sobre el tema publicados en la prensa occidental. Hoy en día, la situación ha cambiado.
Los periodistas extranjeros suelen presentar una amplia cobertura informativa de los acontecimientos actuales en Rusia, mientras que los autores de los comentarios publicados durante la semana pasada siguen siendo en su mayoría los rusos.
Por ejemplo, en el periódico japonés The Japan Times apareció un artículo del ex primer ministro ruso y hoy uno de los dirigentes de la oposición, Mijaíl Kasiánov, mientras que el rotativo estadounidense The New York Times publicó comentarios del ex presidente de la petrolera rusa Yukos, Mijaíl Jodorkovski, que cumple una condena de 13 años de prisión por evasión fiscal, fraude y sustracción.
Aunque existen alrededor de 200 países en el mundo, en la mayoría de estos el periodismo internacional está poco desarollado. Por eso los mismos textos y con la misma entradilla se difunden por todos los continentes.
Pero hay excepciones como por ejemplo La India, donde se editan muchos medios de información para los sectores más formados, incluidos los que toman decisiones en el ámbito de la política exterior.
Por ejemplo, en el periódico hindú The Pioneer se puede encontrar mucha información sobre las elecciones en Rusia publicada por autores con diferentes puntos de vista, tanto los extranjeros como los indios. Y los lectores tienen la oportunidad de comparar y evaluar estos comentarios.
Gran Bretaña también es un caso excepcional. Los medios de información de este país describen los comicios en Rusia al detalle, a diferencia de EEUU y se crean nuevos blogs para discutir el tema en tiempo real. La comunidad rusa que vive en Gran Bretaña asciende a unas 500.000 personas, y esto ejerce su influencia.
¿Quién escribe y qué temas aborda?
El empresario ruso Evgueni Chichvarkin, expropietario de la empresa Euroset y acusado en Rusia de implicación en el secuestro de una persona que hoy en día reside en Londres, asegura que después de que se anunciaran los resultados definitivos de las elecciones presidenciales más personas se adherirán a la comunidad rusa en la capital británica.
La autora Masha Guessen habla sobre su viaje por EEUU con su libro recién publicado, en el que intenta demostrar que no es verdad que en la protesta social en Rusia participe la menor parte de la población y que esta protesta no solo cuenta con los representantes de la clase media.
La actividad de los rusos en Londres se puede comparar con la de la comunidad iraní en EEUU. El acuerdo con Israel no es la causa principal de la reacción poco adecuada de Washington a todo lo que tiene algo que ver con Irán.
Tras el triunfo de la Revolución Islámica iraní en 1979, los que fracasaron en aquella revolución huyeron a EEUU, incluido el shah de Irán Mohammad Reza Pahlevi. Ahora, si Washington decidiera reducir la tensión con Irán, la comunidad iraní en EEUU sería capaz de complicar la situación.
¿Qué se puede esperar de Putin?
“Sea lo que sea, Rusia se despertará mañana con su antiguo-nuevo presidente Putin, los moscovitas saldrán a las manifestaciones en apoyo y en contra… Pero ¿cómo actuará Putin durante su tercer mandato? ¿Veremos a un Putin más pluralista?”, escribe la revista estadounidense Foreign Policy.
Estas reflexiones se destinan a los lectores serios. Quizás estos comentarios son menos profundos que los que se puede encontrar en las ediciones destinadas para los moscovitas más cultos, pero se aproximan bastante.
Merecen la atención las ideas expresadas en las páginas del periódico estadounidense The Washington Post por Andrew Weiss, que trabajó en la administración del ex presidente de EEUU Bill Clinton y es experto del Centro RAND. Weiss planteó la tarea de disipar “cinco mitos sobre Putin”.
El primer mito consiste en que Putin será presidente de Rusia para siempre.
El segundo, es que Putin utilizará los recursos naturales de Rusia como armamento. El tercer mito sugiere que Putin quiere reinstaurar la Unión Soviética. El cuarto, es que su reelección es un golpe para las fuerzas democráticas. Y el quinto, es que su antiamericanismo puede agravar las relaciones de Rusia con EEUU. La idea general dice: si Putin ha sido elegido, cooperemos con él.
Este material se parece al análisis de la situación publicado en Foreign Policy. El autor cree que a pesar de la retórica rígida, Putin en realidad buscaba encontrar fórmulas de compromiso con EEUU durante todos los últimos años. Pero no le han escuchado.
El autor de estas líneas es Dmitri Trenin, jefe del Centro Carnegie de Moscú, que no ocupa cargos en el Gobierno de Rusia. Es un hecho que los rusos se encuentran por todas partes.
Dmitri Kósirev/ RIA Novosti
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