Lluvias del fin de semana dejaron pequeños grupos de damnificados

   Las lluvias del fin de semana dejaron sus huellas en la capital y en Vargas con pequeños grupos de damnificados. También revivieron miedos y alertas en varias comunidades, como en el sector Juan Francisco Mendoza, entre las esquinas de Puente Miraflores a Gobernador, en La Pastora.

Allí, Oswaldo Torres y otro grupo de vecinos, faltaron ayer a sus puestos de trabajo temiendo que las lluvias continuaran y causaran nuevos estragos. «Si vuelve a llover, el barrio se inunda. El colector principal del sector está tapado con sedimentos, piedras, palos y escombros. Estamos desde octubre con este problema».

Torres explicó que la comunidad está organizada en torno a la limpieza del colector, conjuntamente con funcionarios de la Corporación de Servicios Municipales de Libertador. El fin de semana, 26 viviendas de la zona (70 personas, entre ellos, 30 niños) tuvieron que ser desalojadas de forma preventiva. Varias familias perdieron sus enseres. Una vez que el caudal del agua bajó, pudieron regresar a sus viviendas, pues éste había subido aproximadamente un metro.

En Macuto 7 familias debieron ser evacuadas de manera provisional de sus viviendas y fueron trasladas al refugio que funciona en el Club del Maestro. Otras 4 familias de El Tigrillo (Naiguatá) también fueron desalojadas preventivamente. Lagunas, lodo, escombros y sedimentos se observaron en varias arterías viales de Vargas, especialmente en La Guaira por el fuerte deslizamiento del sector Cerro Caído aledaño a la Casa Guipuzcoana. También en la avenida José María España, en la Intercomunal de Macuto y en la carretera que comunica con Naiguatá y Anare hacia el este.

Además de estas vías, cuadrillas con maquinaria pesada limpiaban ayer el cauce del Río Piedra Azul en Maiquetía, retiraron los restos del antiguo puente de Navarrete, estructura que fue afectada en las lluvias de noviembre y que el pasado sábado terminó de ceder.

En Blandín y Plan de Manzano (carretera vieja Caracas-La Guaira) las propias personas de la comunidad limpiaron las vías. Allí varios cerros cedieron y la vialidad, ya bastante agrietada, empeoró en algunos tramos. Marcos Duque, de la cooperativa de transporte Tigre de Plan de Manzano, dijo que empezando la vía de Ojo de Agua, que también conduce a La Llanera, los carros y gandolas corren el riesgo de voltearse por los fuertes desniveles y troneras. En Blandín justo a la altura de la Planta de Distribución Cantinas la vía está a punto de resquebrajarse.