Por ello, las directivas de las cámaras de comercio, turismo y de hoteles, así como la Asociación de Comerciantes, Empresarios y Productores de Juangriego, protestaron la medida y esperan que se flexibilice tomando en cuenta la alta actividad turística en la zona.
Salvador Núñez, presidente de la Corporación Regional de Turismo, dijo que tanto el sector privado como el público de la actividad turística regional, han apoyado todos los esfuerzos por reducir los accidentes.
No obstante, consideran que la ley seca no resuelve el problema del consumo desmedido de bebidas alcohólicas ni los accidentes por exceso de velocidad, sino que requiere la aplicación rigurosa de la ley de tránsito a los infractores.
Los empresarios plantean el uso masivo de alcoholímetros y que se implementen campañas intensivas y masivas de concienciación, pues es una situación que afecta a todos por igual.
“La medida no solamente afecta al empresariado, sino que también perturba al pequeño comerciante, al artesano y, en general, a todos los que tienen que ver con la red de prestadores de servicios, pero principalmente al visitante que escogió Nueva Esparta para vacacionar durante el asueto”, remarcó Núñez.
Los empresarios aclaran que no defienden la actividad comercial en sí misma, sino la connotación e implicación que conlleva la medida, por ser Nueva Esparta un estado netamente turístico.
Jesús Alberto González, propietario de un restaurante en playa El Agua, también rechazó la ley seca por considerar que afectará la economía de la zona que de por sí está menoscabada por el mar de fondo ocurrido hace pocos días.
Enfatizó que más que ley seca deben extender los horarios en los puntos de control en las carreteras del país, y citó el caso de Nueva Esparta donde los funcionarios de esos puestos móviles se retiran a las 5:00 pm.
“Ellos se van precisamente a la hora en que más se necesitan para controlar las carreteras, porque después de las cinco de la tarde es cuando se registra la mayoría de los accidentes viales”, expresó.
Julio Boadas Salazar, gerente de un bodegón en la avenida 31 de Julio, coincide en la necesidad de que se extiendan los horarios en esos puntos viales y que se imponga el uso de los alcoholímetros para detectar a los infractores. “Así ganamos todos y nadie pierde la vida en las carreteras”, enfatizó.
Asegura que los empresarios y comerciantes sufrirán pérdidas durante esta temporada que, según dijo, es la más esperada del año.
Medida injusta. Víctor Reyes, un asiduo visitante de la isla de Margarita y proveniente del estado Zulia, considera que aplicar la ley seca en Margarita es una medida injusta porque allí es más fácil controlar el tránsito en las carreteras. “Cada quien debe cuidarse y cuidar su familia cuando se pone frente al volante, pero no es justo que se aplique una medida como esta”, subrayó.
Max Vásquez, que viajó desde Aragua, rechazó la decisión gubernamental al argumentar: “No todos los que vinimos a Margarita nos volvemos locos tomando, pero por qué tienen que prohibirnos que nos tomemos un vino a la hora del almuerzo”.