Marjorie de Sousa tiene los sentimientos encontrados. Por un lado anda feliz con su regreso a la pantalla venezolana: en el rol de la caprichosa Samantha en la telenovela Pecadora, que transmite Venevisión y también por la repetición de Gata Salvaje, por Venevisión Plus. Pero, al mismo tiempo, se pregunta quién se ha dado últimamente a la tarea de inventar chismes sobre su salud.
«Hace poco dijeron que estaba grave. Fue invento. Yo no me explico de dónde salió, mi papá me llamó asustado porque además dijeron que había tenido un accidente con mi mamá», comenta la actriz.
Pero de inmediato pasa la página porque no está dispuesta a permitir que nada empañe la felicidad que la embarga.
«Ya supe que salió una foto mía en el primer capítulo de La mujer perfecta y me pareció divertido», cuenta. «Y estoy sorprendida porque cuando la gente vio mi personaje en Pecadora -que grabó el año pasado en Miami-, pensaron que usaba peluca, pero no es cierto: me corté el cabello», revela.
«Fue una locura mía, quería un cambio pero al principio me pegó muchísimo, cada vez que me despertaba era un trauma. Me veía en el espejo y decía: ¡Mi peeelo!», agrega Marjorie.
Afortunadamente, ya le creció. «Después de Pecadora hice otra telenovela, Sacrificio de mujer, ahí lo tengo más largo, pero tono castaño. Me lo oscurecieron totalmente», confiesa.
«En Pecadora me divertí mucho. En cambio Sacrificio de mujer fue una novela muy fuerte. Ha sido el personaje más difícil de mi carrera… el más complicado en todo sentido».
Se refiere a Clemencia, una mujer que sale adelante sola. «Es una mujer mayor, que representa cuánto cuesta lograr el triunfo. Me preparé mucho, y Adriana Barraza, la nominada al Oscar, fue mi maestra».
-¿Cuál ha sido su mayor sacrificio de mujer?
-Hay dos. El primero es tener que estar lejos de mi familia, porque soy muy familiar. El otro es querer tener una familia. Algo que nos cuesta muchísimo a las actrices, porque nos toca andar como gitanas.
-¿Y ya tiene novio?
-En este momento estoy tranquila, pero confieso que le tengo demasiado miedo a la soledad, es una de las cosas con las que lucho diariamente.
-¿Es una ?Pecadora
-Todos los seres humanos somos pecadores; si no, no estaríamos aquí. La Tierra es el Cielo y el Infierno para nosotros.
-¿Por qué le inventan tantos novios?
-(Risas). No sé, hace poco le dije a Cristina (Saralegui) que no me alcanzaban los años para todos los novios que me han puesto. Me empatan con todo el mundo.
-Incluso, dicen que tuvo algo con Eduardo Capetillo…
-¡Por Dios! Él era mi pareja en Pecadora. Entre nosotros no pasó absolutamente nada, si hasta conocí a su esposa. Es muy feo que inventen ese tipo de cosas, yo no sé con qué fin.