San José, – Tras una aplastante victoria electoral, a la primera mujer que gobernará Costa Rica, Laura Chinchilla, le tocará lidiar con un Congreso con tradición de frenar las leyes y en el que su Partido Liberación Nacional (socialdemócrata) carece de mayoría absoluta.
Chinchilla recibirá el poder de manos de su mentor político, Oscar Arias, de cuya sombra, sin embargo, ya ha empezado a alejarse para mostrar liderazgo, estiman analistas.
«Ella está tratando de descolgarse al menos mínimamente del fantasma de Arias, que ha pesado mucho sobre ella, y tendrá que intentarlo si no quiere verse desprestigiada rápidamente», advirtió la directora académica regional de la FLACSO, Juany Guzmán.
Pero sus mayores desafíos serán cumplir lo que prometió, como reducir la pobreza y la inseguridad.
«El deterioro de los índices de seguridad no es solo un dato duro, sino una percepción (de la ciudadanía). Fue el monotema de la campaña y es un desafío con el que Laura particularmente se comprometió», indicó Guzmán.
Su gestión podría verse opacada por un temprano inicio de la campaña de las elecciones de 2014, en las que pretende postularse el hermano de Arias, el ministro de la Presidencia saliente, Rodrigo Arias.
Si él lanza pronto su campaña «es una mala noticia para Chinchilla, porque distrae», opinó Guzmán.
Chinchilla fue tildada en la campaña de ser ‘marioneta’ de los hermanos Arias, lo que ella negó con firmeza, alegando que tenía un liderazgo propio, lo que ahora deberá demostrar acompañada de un gabinete plagado de técnicos.
«Laura es una buena tecnócrata, una buena organizadora, pero no ha logrado generar entusiasmo», dijo el analista político Constantino Urcuyo.
«Tiene un buen equipo técnico, pero creo que le hacen falta jugadores políticos, gente con espuela, porque todos son muy buenos técnicos con maestrías y doctorados, pero hace falta gente de escuela política», agregó.
Chinchilla logró un acuerdo con la segunda fuerza opositora, el Movimiento Libertario (derecha), cuyo líder Otto Guevara prometió apoyar sus proyectos en el Congreso, pero esta alianza puede jugar contra la intención de la presidenta de mantener una postura de centro, explicó Guzmán.
«Si querés hacer reformas en este país tenés que vender una visión de futuro, una perspectiva inspiradora de lo que debe ser el camino nacional», dijo Urcuyo.
«Ni Oscar Arias en esta administración ni ella hasta el momento han logrado inspirar, entusiasmar a la gente», agregó.
Otro desafío será reducir el déficit fiscal de 5% que heredará de Arias, quien aumentó el gasto público para atenuar el impacto de la crisis económica.
«Nos preocupa la situación fiscal», «en lo personal, creo que una vez salidos de la crisis, nos vamos a tener que volver a una racionalización del gasto o a un aumento de los ingresos», dijo el presidente del Banco Central, Francisco de Paula Gutiérrez.