Más que pintar la casa, comprarle adornos nuevos al arbolito o adquirir estrenos, los economistas recomiendan que en cuanto cobre sus utilidades, ¡pague sus deudas!
Los altos índices inflacionarios que han golpeado fuertemente el bolsillo de los venezolanos hacen que este año el destino del dinero que por derecho le corresponde cobrar a partir de este mes o noviembre tenga otros destinos, principalmente, el pago de deudas, ya sean créditos bancarios o tarjetas de crédito, éstas últimas, incluso, están siendo usadas para fines no comunes y que en nada garantizan una inversión, como la compra de alimentos y bebidas.
El economista José Grasso Vecchio recomienda que si contrajo deudas durante el año para suplir alguna necesidad de quincena o para útiles escolares “siempre es bueno pagarlas”, porque las tasas por depósitos son inferiores (16%) a las tasas de las tarjetas (29%)”.
“Una forma de ahorro es pagando menos intereses”, aseguró.
María Montiel, usuaria de PANORAMA en Facebook, coincidió en que sería la mejor decisión pagar las deudas con las tarjetas, lo que le proporcionará tranquilidad.
En ningún caso es una opción ahorrar, porque la inflación se “devora” rápidamente el dinero que posea.
“Si después de pagar las deudas le queda algún excedente hay que buscar protegerse de la inflación con la compra de algún activo, un electrodoméstico, computadora, reparar la casa u oficina, comprar repuestos, cauchos, pero todo va a depender de qué tan comprometido esté ese dinero”, aconseja Grasso Vecchio.
La opinión de Grasso es compartida por el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, que insiste en que en una situación como la de Venezuela hay que “cuidar el acceso al crédito”, por tanto, “si han aumentado gastos de la tarjeta bajar la presión de la deuda. Comprar bienes durables, línea blanca, muebles, hacer previsiones de reparaciones. Lo peor que puede hacer la gente es tener ese dinero en el banco”.
También es importante ajustarse al presupuesto para no gastar de más o en bienes que no necesita. A juicio del economista Andrés Santeliz el dinero se debe invertir en lo más indispensable, porque “no dará para mucho, más bien la gente está vendiendo sus cosas”.
“La situación está complicada, la inflación va a un paso muy alto y la canasta alimentaria del Cendas, que es la única que conocemos (el BVC no ha publicado indicadores en el año) está en 60 mil bolívares. El grueso de la población está gastando todo lo que gana en alimentos”, explicó Santeliz, por lo que no augura que pueda hacerse gran cosa con los aguinaldos, que se verán devaluados ante los precios de los productos, que están “por las nubes”.
A algunos solo les alcanza para comprar la cena navideña, tal como opinó Edith de la Rosa, usuaria de Facebook: “Invertiré en comida porque será para lo único que alcanzará”.
Un trabajador que gane salario mínimo pudiera cobrar apenas un salario de utilidades, según se indica en la Ley del Trabajo, por lo que allí no hay margen de maniobra. Tampoco conviene esperar a finales de noviembre y diciembre para comprar lo que esté en sus planes, gane tiempo.
fuente.panorama