Secretos inconfesables de una profesión sobre la que se ha escrito mucho y que aparece en un montón de historias fantásticas. Sí, el personal de vuelo o de cabina, ‘azafatas’ y ‘azafatos’ tiene sus leyendas negras. ¿Qué hacen estos profesionales durante un vuelo transatlántico de nueve horas? Según un estudio de Jetcost, tanto tiempo dan para mucho y no siempre es tan amable o inocuo como los gestos rutinarios y mil veces parodiados antes de iniciar el despegue
Las largas horas a bordo de los aviones esconden mucho más de lo que creemos detrás de la pretendida amabilidad del personal de cabina de las compañías aéreas. Al menos, eso es lo que se desprende de un estudio elaborado por Jetcost, según el cual, el comportamiento de los auxiliares de vuelo no puede tildarse precisamente de ejemplar. Sexo a bordo y engaños a los pasajeros son algunos de los ‘pecados’ reconocidos por el personal de cabina en este trabajo.
Es más, según la encuesta, un 89% de los encuestados -718 auxiliares de vuelo británicos en activo o que lo han estado en los últimos cinco años- reconocen haber incumplido las normas de comportamiento básicas. ¿Cuáles son?
Sexo con el compañero de fatigas
El personal de cabina de las compañías aéreas siempre a estado presente en las fantasías eróticas. De hace 40 años hacia atrás, cuando no volaba mucha gente, un halo de fascinación envolvía a estos profesionales que mayoritariamente entonces eran mujeres. Guapas, altas, cultas y mundanas. O eso se suponía que eran o debía ser. En la actualidad buena parte de esa fascinación se ha desvanecido por los vuelos baratos.
Aún así, la realidad a veces es más sorprendente que la ficción: El 21% de la tripulación -alrededor de uno de cada cinco profesionales- reconoce haber mantenido relaciones sexuales con algún compañero durante un vuelo.
… O con miembros del pasaje
Es la sublimación de muchas ensoñaciones. El empleado o empleada maciza que se nos insinúa y nos acompaña amablemente al servicio en medio de la noche transatlántica. Como ya hemos dicho las azafatas de vuelo eran un reclamo debido a que la mayoría de los viajeros que usaban el avión eran hombres de negocios -por eso las faldas de los uniformes se han tenido que revisar-. ¿Te podías imaginar que el 14% de estos empleados había tenido sexo con pasajeros?
Hemos descubierto un caso extremo, el de la auxiliar de cabina Lisa Robertson que se hizo célebre tras ser despedida por haberse «arrimado» demasiado al actor Ralph Fiennes durante un vuelo. Otra azafata de una aerolínea de Oriente Próximo fue despedida en octubre de 2015 tras descubrirse que mantenía relaciones sexuales con los pasajeros en pleno vuelo previo pago de 2.000 euros por ‘servicio’. Igual no le importó demasiado: Hizo una fortuna de 882.000 euros.
Timar a los pasajeros con el cambio de las compras
No podrías esperar que que te hicieran el ‘tocomocho’ en pleno vuelo pero uno de cada cinco auxiliares de vuelo afirma utilizar pequeños trucos a la hora de devolver el cambio para distraer algún dinero. Con el argumento de no disponer de moneda suficiente, pueden llegar a embolsarse hasta unos 427 euros anuales. Otro ‘pecado’ durante las compras a bordo admitido por más de la mitad del personal -el 54%- es devolver el cambio con otra divisa distinta a la utilizada en el pago.
De todos modos hay que advertir que el 40% de quienes participaron en el estudio de Jetcost reconoce que no hace falta llegar a estas argucias, ya que el pasajero no suele comprobar la vuelta.
Cambios de asiento
Hay cosas muy molestas dentro de un avión cuando se trata de un largo viaje. Estar rodeados de niños pequeños o que te toque en suerte un vecino de asiento demasiado ‘oloroso’ o hablador puede amargarte del trayecto. Pues bien, los cambios de asiento sobre la tarjeta de embarque es algo que no suele ocurrir.
Pues bien, por más que te fastidie, sólo las familias con niños separadas en varios asientos suelen conseguir un cambio por motivos lógicos y de sentido común. Casi todo el mundo tolera entonces el cambio propuesto por un auxiliar de cabina. Pero ojo, uno de cada cinco de estos trabajadores encuestadas aseguraron que han cambiado a algunos pasajeros de asiento cuando les ofrecen dinero a cambio. Muchos han logrado reunir casi 420 euros anuales por hacer de mediador en cambios menos comprensibles.
La táctica del ‘escaqueo’
No hay que engañarse. Vagos hay en todas las profesiones del mundo. Sea del sector que sea. Algunas prácticas irregulares confesadas se justifican por la pereza.
Y es que, el 28% de azafatas o sobrecargos han negado en alguna ocasión la disponibilidad de productos del catálogo solicitados por los clientes. No hay que ignorar que algunos platos y otras peticiones suponen un sobreesfuerzo al que no todo el mundo accede de buen grado. Para probarlo basta con observar la cara del trabajador de línea aérea cuando realizas según qué peticiones-.
A veces sí que se aceptan regalos
La mayoría de compañías aéreas en sus normas de régimen interno para los auxiliares de cabina establecen la prohibición de que sus empleados puedan aceptar regalos de los viajeros en pleno vuelo. Pero siempre hay quien desea romper la norma de un lado y otro. Clientes empeñados en demostrar su agradecimento por un viaje lleno de atenciones y simpatía, y también empleados poco escrupulosos que no ven nada malo en aceptar reiteradamente las propinas más o menos generosas.
En el aire parece que se es menos permisivo que en tierra con los extras que uno puede obtener simplemente por cumplir con su obligación. Al fin y al cabo el trabajo de un auxiliar de vuelo es que los pasajeros estén atendidos y reciban en todo momento la información que necesitan.
Fuente: Qué!