A pesar de que las predicciones en política no pueden hacerse, y mucho menos las generalidades, sí se puede decir que la oposición no tomó el tiempo para unirse, sino para generar diferentes opiniones entre los ciudadanos.
Algunos dirigentes, por ejemplo, se dedicaron a apoyar las manifestaciones de los estudiantes, mientras que otros brillaban por su ausencia. El discurso no se centró en puntos claves, como la inseguridad o vivienda, sino en la supuesta inconstitucionalidad de la Sentencia del TSJ, que luego era avalada en otros discursos.
Lo único que logró -aunque poco- unificar los criterios, fue el llamado “paquetazo rojo” del que ya nadie o pocos hablan. Henrique Capriles y demás dirigentes de oposición se encargaron de crear un mismo hilo conductor, aunque se ejecución fue muy diferente. Por ejemplo, en las acciones de calle llevadas a cabo por ABP y Avanzada Progresista, la figura de Capriles no figuró. Más se cultivo por separado el discurso de la sentencia del 9 de enero, que la devaluación.
Mucho se cuidó a Capriles de aparecer en este tipo de actos donde además el oficialismo lo acusaba de ser autor y causa, pero poco se articuló, ante la gente al menos, la figura de un solo líder con el que todos pudieran reconciliarse después de la victoria de Chávez el 7 de octubre.
El panorama desolador que dejó la muerte de Chávez, al parecer, evidencia lo poco preparados que estaban hasta este momento. Los 7 días de duelo impiden hablar de un candidato o de una campaña, pero la gran pregunta ahora es si la oposición debe o no presentarse a los comicios.
Henrique Capriles dijo este viernes en la noche que la sentencia del TSJ que nombra a Maduro como Presidente y le da libertad para postularse es anticonstitucional. De seguir esta lógica, entonces no se podría presentar ante un candidato que no reconoce como tal legalmente, esto si él es el nombre definitivo de la MUD.
Ganarle a la sombra y mandato de Chávez es complicado, y más cuando se evidenció cómo se desbordó la gente. La oposición ha estado casi ausente hasta al menos una semana antes de la muerte del expresidente. Pero no presentarse puede ser incluso peor, o al menos así parece.
“Tomaremos decisiones en las próximas horas”, dijo Capriles en una rueda de prensa, sin una respuesta que aclare el panorama. Lo cierto es que el poco tiempo de elecciones estrecha la posibilidad de ganar para una oposición que no se muestra como bloque ante el público; la gente; los que dan los votos; los depositarios de la confianza.
Entonces hay dos salidas: no presentarse y seguir el discurso de no reconocimiento a los hechos que se presentaron después d ella muerte de Chávez; o presentarse, y estar preparados para un panorama poco alentador por la sombra del recuerdo de un hombre con un liderazgo indiscutible. ¿Ir o no ir? He ahí el dilema.
Por: Ana Vanessa Herrero / Departamento de Investigación / Noticias24