La bolsa española se disparó un 14,43 por ciento, la mayor subida en una sesión que registra el mercado español en su historia.
El índice de referencia Ibex-35, ganó 1.305,80 puntos, hasta los 10.351,90 puntos, con lo que las pérdidas anuales disminuyen hasta el 13,30 por ciento.
En el caso de Lisboa, el remonte fue del 10,37 por ciento, una subida también insólita que los analistas achacaron no sólo a la creación de ese fondo de rescate sino al compromiso de Portugal a combatir con más eficacia el déficit público.
También España se comprometió en el curso de las negociaciones en Bruselas a acelerar las medidas de reducción del déficit, acción que la ministra de Economía, Elena Salgado, deberá detallar antes del próximo día 18 de este mes.
El festín bursátil se repitió en Milán, con una subida del FTSE MIB del 11,28 por ciento; en París, donde el CAC-40, ganó un 9,66 por ciento hasta alcanzar los 3.720,29 puntos y en Londres.
El índice londinense FTSE-100 avanzó 264,4 puntos, el 5,16 por ciento, mientras que el DAX-30 de Fráncfort subió 308,82 unidades, ó 5,30 por ciento, hasta 6.017,91 puntos.
Todos los valores europeos, especialmente los financieros, se beneficiaron de la acción de choque ideada en Bruselas contra los ataques especuladores de la semana pasada, aunque los dirigentes comunitarios advirtieron que es pronto para echar las campanas al vuelo pues para medir el efecto del plan habrá que esperar semanas.
A dicho plan, dotado con 750.000 millones de euros, contribuirá el Banco Central Europeo con nuevas inyecciones de liquidez, la reactivación del intercambio de divisas (línea swap) con otros bancos centrales y con la compra directa de deuda pública y privada.
Esta última medida, descartada por el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, tras la reunión celebrada el pasado jueves en Lisboa por el consejo de gobierno de la autoridad monetaria, ha suscitado dudas sobre la independencia del banco en tanto que la medida no figura en el catálogo de instrumentos del BCE.
Trichet desde Basilea, donde asistió a una reunión del Banco Internacional de Pagos, negó que el BCE haya cedido a presiones políticas o alterado sus objetivos, que sigue siendo, dijo, la estabilidad de precios.
El presidente del banco central alemán (Bundesbank) y miembro del consejo de gobierno del BCE, Axel Weber, fue sin embargo «crítico» con la compra directa de deuda pública de los países más expuestos a los ataque especulativos, ya sea Grecia, España o Portugal, en tanto que esta acción podría aumentar los riesgos de la estabilidad.
«No vamos a modificar la política monetaria por esta acción extraordinaria. La población alemana debe estar segura de que estaremos muy vigilantes. El Bundesbank y el conjunto del eurosistema vela por la estabilidad de precios en la Unión Monetaria ahora y en el futuro», dijo Weber.
El economista de Jörg Krämer, de Commerzbank, se manifestó en la misma dirección al señalar que «con la compra directa de deuda pública el BCE parece interesado, sobre todo, en asegurar el buen funcionamiento del mercado».
La adquisición de deuda comenzó mismo, pero ni el BCE ni los bancos centrales del eurosistema revelaron detalles al respecto.
La euforia de las plazas europeas se hizo notar en Wall Street y en menor medida en el mercado de divisas, donde el euro, tras el marcado repunte de media sesión, se vino abajo.
La divisa europea, que llegó a rozar al mediodía los 1,30 dólares, cerró a 1,2857 dólares, frente a los 1,2720 dólares del viernes por la tarde.
El Banco Central Europeo (BCE) fijó este lunes el cambio oficial del euro en 1,2969 dólares.