Durante mucho tiempo se sostuvo que la piel más oscura es más resistente a los signos del envejecimiento porque la melanina proporciona una protección natural contra el daño del sol.
Por otro lado, las células de la piel blanca poseen receptores para el estrógeno, pero se desconoce en qué medida la disminución de estrógeno después de la menopausia influye en el envejecimiento cutáneo.
Para el estudio, publicado en la revista Fertility and Sterility, el equipo evaluó las arrugas faciales y la elasticidad de la piel de 106 mujeres de entre 50 y 60 años, que ya habían atravesado la menopausia en los últimos años. Fueron 65 mujeres blancas y 21 afroamericanas.
Los resultados de las evaluaciones de las arrugas, realizadas por un dermatólogo con un sistema visual de puntaje estandarizado, fueron dos veces más altos en las blancas que en las afroamericanas. Pero, en general, las arrugas eran leves.
Además, en las mujeres blancas, el alcance de las arrugas variaba con la edad, pero no con el tiempo desde la menopausia. Esto sugiere que el envejecimiento, en lugar del nivel de estrógeno, sería la principal causa de la aparición de las arrugas tras la menopausia.
La teoría, a la que adhiere el equipo, es que las mujeres blancas desarrollan arrugas antes porque su piel es más vulnerable al daño por la exposición acumulada al sol, detalló el doctor Hugh S. Taylor, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en Connecticut. «Pero nuestro estudio no lo prueba», dijo a Reuters Health.
Sin embargo, si así fuera, Taylor opinó que ese debería ser un incentivo adicional para que las mujeres blancas no se expongan excesivamente al sol.
El investigador concluyó que los resultados «no significan que las mujeres negras no necesiten preocuparse por las arrugas», sino que su piel no mostraría los signos del envejecimiento tan rápido como la piel de las mujeres blancas.