La Unión Europea cerrará todas sus fronteras con el exterior durante 30 días debido al avance del coronavirus, que ha dejado más de 7.000 muertos en el mundo, y para frenar su propagación, los líderes del G-7 prometieron este lunes dar una «respuesta contundente».
«Todos los viajes entre países no europeos y la Unión Europea quedarán suspendidos durante 30 días», anunció el presidente francés, Emmanuel Macron.
«La pandemia de Covid-19 es una tragedia humana y una crisis sanitaria global, que también plantea grandes riesgos para la economía mundial», dijeron por su parte los dirigentes del grupo de los siete países industrializados en un comunicado publicado después de una cumbre extraordinaria por videoconferencia.
El G-7
En un momento en que el mundo entero se atrinchera ante la pandemia, el G7 prometió coordinar «esfuerzos para retrasar la propagación del virus, incluso mediante medidas adecuadas de gestión de las fronteras».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió el lunes a los países que hagan pruebas «en cada caso sospechoso» de coronavirus. «No se puede apagar un fuego con los ojos vendados», dijo el director del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Desde el comienzo de la epidemia se contabilizaron más de 175.530 casos de contagio en 145 países o territorios.
China continental (sin contar Hong Kong y Macao), donde la epidemia estalló a finales de diciembre, tiene 80.860 personas contagiadas, de las que 3.213 murieron. Pero Europa se ha convertido en el nuevo epicentro de la pandemia, según la OMS, con 61.073 casos, de ellos 2.711 muertos.
Europa se atrinchera
La explosión del número de casos llevó a los Estados europeos a confinar a sus poblaciones, cerrar fronteras y decretar estrictas cuarentenas.
En Italia, el país más afectado en Europa y que superó los 2.000 muertos de un total de 27.980 contagios, el gobierno pidió una «coordinación europea» en materia de sanidad y economía.
España cerró sus fronteras terrestres; en Alemania entraron en vigor los controles fronterizos y sus habitantes están llamados a «quedarse en casa» y a renunciar a las vacaciones; Suiza decretó el estado de emergencia, Portugal prohibió casi «todas las reuniones públicas y privadas». El gobierno británico pidió evitar todo contacto y desplazamiento «no esencial».