Se temía lo peor. Varios vuelos fueron incluso desviados de su ruta y las expectativas de la tormenta solar afectando diversos satélites y otros aparatos que usamos en la Tierra eran muy altas.
Pero al final no fue para tanto. Aún así, los científicos advierten: pueden venir más.
«El Sol se rige por ciclos de 11 años, por lo que tiene periodos de actividad alta y periodos de actividad baja, y ahora mismo estamos entrando en un periodo de alta actividad. Así que, aunque esta tormenta no ha causado ningún daño, vendrán más y podrán ser más potentes», dijo a la BBC la doctora Maggie Aderin-Pocock, científica experta en el espacio.
Según los expertos hasta el momento no se han registrado cambios en el campo magnético terrestre, ni ha llegado ningún informe sobre partes del globo afectadas, pero científicos señalan que estos cambios se suelen registrar un tiempo después de que la tormenta haya pasado.
«Todos los sistemas parecen estar en buenas condiciones. Aún así, dadas las predicciones de actividad solar, estaremos vigilando el ambiente geoespacial terrestre en los próximos días», aseguró Paul Cannon, director del Instituto Poynting de la Universidad de Birmingham.
Aunque no haya habido grandes consecuencias de la tormenta solar de esta semana, los expertos señalan que la actividad solar continuará.
Lo que queda por venir
«Estamos en el medio de un ciclo que llegará a su punto alto en unos meses, en 2013. Se esperan 5 o 6 tormentas solares grandes, y muchas más pequeñas», señaló la doctora Aderin-Pocok.
«El sol se rige por ciclos de 11 años… y ahora mismo estamos entrando en uno de alta actividad, por lo que aunque esta tormenta no ha causado ningún daño, vendrán más y podrán ser más potentes.»
Doctora Maggie Aderin-Pocock, científica experta en el espacio.
La actual eyección de masa coronal (CME en sus siglas en inglés) que todavía nos afecta, y que viajó a unos 1.300 kilómetros por segundo hacia la Tierra, comenzó el jueves por la mañana, después de que unas llamaradas se desprendiesen de la superficie del sol a principios de semana.
Aunque el campo magnético terrestre protege al planeta de este tipo de ataques, las tormentas solares pueden tener el efecto suficiente como para generar problemas en las redes eléctricas o los sistemas de navegación.
Pero el problema es que es muy difícil determinar el verdadero alcance hasta que la tormenta no se encuentra bien cerca de la Tierra.
«Es un montón de materia que llega a toda velocidad desde el sol. Es materia que puede ser del tamaño de la Tierra. Puede provocar desde simplemente una aurora boreal hasta problemas con los satélites, que son muy vulnerables a este tipo de fenómenos», dijo Aderin-Pecok.
Debido a la alineación de la masa que se despegó del Sol a principios de esta semana, se cree que la tormenta podría seguir teniendo efectos a medida que pase. Además, científicos norteamericanos detectaron que este jueves una llamarada similar a la que provocó el fenómeno de estos días se desprendió del Sol, pero todavía se están calculando las posibles consecuencias que tendría.
Las tormentas solares causan que fenómenos como las auroras boreales puedan ser vistos a latitudes más cercanas al ecuador de lo normal.
«La parte del Sol de donde vienen estas explosiones todavía está activa», dijo a la BBC el doctor David Kerrige, director de investigación geocientífica en el centro de Estudios Geológicos Británico.
Los misterios de las tormentas solares
Las tormentas solares se producen debido a una súbita explosión o liberación de energía en la superficie solar. Al desprenderse del Sol, estas eyecciones de masa coronal pueden viajar a grandes velocidades a través del espacio.
Al llegar a la tierra, este gas con partículas cargadas choca contra el campo magnético de nuestro planeta, que se ve afectado y que es lo que oficialmente se conoce como tormenta solar.
Estas tormentas no solo afectan a varias tecnologías, sino que pueden provocar la aparición de auroras boreales y australes a latitudes más cercanas al ecuador de lo normal.
Aunque según los expertos es raro que puedan suponer un peligro real para los humanos, algunos lo ven como una llamada de atención.
«Este tipo de eventos sirve como llamadas de atención sobre cómo nuestra forma de vida moderna, en Occidente, es cada vez más dependiente de la tecnología espacial y de las redes de energía», señala Craig Underwood, del Centro Espacial Surrey, en el Reino Unido.
Aunque muchas tormentas son benignas, ha habido casos en el pasado en los que la materia proveniente del sol ha causado problemas a la población.
En 1972 un enorme llamarada solar desconectó las comunicaciones telefónicas de larga distancia en el estado de Illinois, EE.UU.
Y en 1989, una tormenta solar provocó cortes de energía en Canadá que afectó a seis millones de personas.
Aunque esta vez todo quedó en una falsa alarma, los científicos seguirán, durante un tiempo, mirando hacia el cielo.