Lo que prometía ser un viaje tranquilo a San Cristóbal, estado Táchira, se convirtió en una verdadera tragedia para las 60 personas que viajaban en la unidad Marco Polo, número 233, de la línea Expresos Los Llanos, al sufrir un asalto que dejó un saldo de tres personas asesinadas y dos heridas.
El autobús matrícula AW324X salió del terminal de La Bandera a las nueve de la noche, entre sus pasajeros iba un delincuente que tenía planeado someter al chofer para luego montar a dos cómplices, además de dos efectivos de la Guardia Nacional y una niña que salía de vacaciones con su papá.
El sujeto viajaba en el primer piso del bus cama, con el propósito de acceder más fácilmente a la cabina del conductor. Nadie notó que iba armado. Cerca de las nueve y media de la noche sometió al chofer José Oromo Plana y a su ayudante, lo obligó a mantener la ruta, hasta el túnel de Los Ocumitos, donde abordaron dos hombres más armados.
Hasta ese momento pocos pasajeros se percataron de lo sucedido, muchos ya venían dormidos, entre ellos el teniente de la Guardia Nacional Jhon Alexander Mora Pérez, de 22 años , quien llegó a Caracas, proveniente del Zulia, con la finalidad de participar en los eventos por el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana, realizados en la ciudad capital.
Según fuentes oficiales, los tres hampones se distribuyeron alrededor del transporte colectivo. Dos de ellos subieron al segundo nivel para robar a los pasajeros, despojarlos de celulares, dinero y prendas; mientras que el tercero controlaría a los ocupantes del primer nivel.
Sin embargo, la situación se salió de control cuando intentaron arrebatarle a Mora Pérez una cadena. El oficial estaba dormido y se despertó al momento en que el sujeto intentó arrancarle la prenda. Testigos del hecho señalaron que en este instante se produjo un fuerte forcejeo.
El teniente se encontraba uniformado y sin su arma de reglamento, sentado en el puesto que da al pasillo de la unidad. En la pelea recibió un disparo a quemarropa en el lado izquierdo de su cabeza, detrás de la oreja, que le causó la muerte de manera inmediata.
En el segundo nivel los dos delincuentes se mostraron más agresivos y nerviosos, uno de ellos sostuvo otro enfrentamiento con Carlos Eduardo Absalón, de 34 años, quien viajaba con su hija Jhoscarliz Anabel Absalón Barreto, de 7 años.
Funcionarios del Cicpc no han precisado si Absalón puso resistencia al robo o en medio de la tensa situación algún movimiento de él perturbó a los delincuentes. El hombre recibió dos disparos, uno en el abdomen y otro en su mano derecha, con la que cubría el cuerpo de su hija. Este mismo proyectil perforó el cuello de la niña. Las dos personas murieron de manera inmediata.
En el segundo nivel del autobús viajaba un sargento de la Guardia Nacional, que se encontraba sin uniforme y armado, al percatarse del accionar de los delincuentes y presumir que podría ser víctima de ellos al darse cuenta de su credencial y su arma, atacó a uno de los sujetos.
Logró someterlo y despojarlo de un revólver calibre 38, además disparó en contra del otro delincuente, que se encontraba en el otro extremo de la unidad.
Los pasajeros le indicaron a los funcionarios del Cicpc que este sujeto estaría herido, por lo cual se activó un operativo en los distintos hospitales de la región capital en busca del antisocial.
En medio de la confusión los tres sujetos saltaron del autobús que todavía estaba en marcha, y después de varios kilómetros el conductor se detuvo para informar a las autoridades. El sargento de la Guardia Nacional fue el responsable de llamar a los cuerpos de seguridad para que se activaran los procedimientos de rigor.
Dos personas resultaron heridas, una de manera rasante y la otra, de sexo masculino, recibió un disparo que ingresó por la pantorrilla y recorrió hasta la parte superior de la pierna, ya que la victima estaba dormida y con la pierna extendida. Los dos lesionados fueron trasladados hasta los centros asistenciales de La Victoria, estado Aragua, y se encuentran fuera de peligro.
La noche del miércoles las autoridades del Cicpc de la región Miranda dispusieron un operativo para entrevistar a los pasajeros de la unidad, contaron con el apoyo de los funcionarios de la subdelegación de El Valle, para lograr un proceso más rápido y menos traumático.
Algunos testigos refirieron haber observado con claridad a los tres delincuentes, pero lamentablemente no fue la mayoría. Otros indicaron que para el momento del tercer forcejeo, con el sargento de la Guardia Nacional, dos de ellos le gritaban a su compañero: “Mátalo, mátalo”.
Por los momentos verifican la lista de pasajeros del transporte, para ver si determinan la identidad del delincuente que abordó en La Bandera.