Los científicos de la Asociación Americana del Corazón (Estados Unidos) advirtieron que la epidemia de obesidad pone a más y más gente en riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. “La obesidad tiene un rol fundamental en todos los factores de riesgo coronarios ya que puede aumentar el colesterol ‘malo’, subir la presión arterial e incrementar el peligro de desarrollar una diabetes”, subrayó Vincent Bufalino, un vocero de esta institución.
Una temible patología
La obesidad se presenta cuando las personas ingieren más calorías de las que consumen en su vida diaria. Este exceso se almacena en el cuerpo en la forma de grasa que aumenta el riesgo de sufrir múltiples enfermedades, incluyendo los problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, artritis y depresión.
La obesidad se identifica usando el índice de masa corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso de una persona por su estatura al cuadrado. Con un IMC de 25 a 29,9 se considera que un individuo tiene un sobrepeso, mientras que entre 30 y 39,9 se encuentra la obesidad. Cuando este índice supera los 40 se está ante la aún más peligrosa obesidad mórbida.
Consejos para el corazón
Los especialistas advirtieron que la obesidad está generando un continuo aumento en la presión arterial y en el nivel de azúcar en sangre de los adultos, contrarrestando logros importantes como el descenso en el colesterol “malo” y en el número de personas que fuman. Como el sobrepeso y la obesidad continúan aumentando en los niños y adolescentes, los expertos temen que esta situación empeore en los próximos años. “La pérdida sostenida de peso mejora los índices de las tres categorías: colesterol, presión arterial y azúcar en sangre”, dijo Bufalino.
Por ese motivo, los especialistas dijeron que la mejor manera de proteger al corazón es controlando la ingesta de calorías y haciendo ejercicio de manera regular. Entre los consejos alimenticios que ofrecieron se cuentan:
* Comer más frutas y verduras.
* Elegir carnes magras e incluir al pescado.
* Consumir panes y pastas integrales, así como arroz y granos integrales.
* Eliminar las gaseosas con azúcar y reemplazarlas por agua o bebidas dietéticas.
“Reducir la ingesta calórica da el puntapié para comenzar, y el ejercicio provee el mantenimiento necesario para no subir de peso”, concluyó Bufalino.