Subir al tren con destino Hogwarts, la escuela de magia y hechicería más famosa de la literatura moderna, es posible gracias a una exposición itinerante con parada en Bruselas, donde ha conquistado ya a más de 100.000 visitantes que se han adentrado en el mundo mágico de Harry Potter.
Los apasionados del universo fantástico creado por la escritora británica J.K Rowling tienen una cita obligada en “Harry Potter. The Exhibition”, que recoge objetos inéditos de los personajes y los decorados de una saga de películas que acumula ya las ocho entregas y una recaudación multimillonaria en todo el mundo.
Y es que uno de los secretos de esta exposición es la recreación de una atmósfera mágica, con elementos clave de las aventuras del mago, que arranca con la ceremonia del “Sombrero Seleccionador”, en la que el visitante puede sentirse como un nuevo alumno de Hogwarts y celebrar el rito tradicional de cada inicio del curso mágico.
Aventurarse en el bosque prohibido, tocar las peligrosas mandrágoras, descansar en la cabaña del guardián Hagrid o repasar las recetas de las pociones mágicas son otras de las atractivas actividades para los seguidores de Potter.
Todo ello en un espacio que requirió un mes de construcción en el Palacio de Congresos de Bruselas y el trabajo de unas cien personas, explicó a Efe el portavoz de la exposición, Peter Monbailleu.
Los visitantes también pueden participar en los juegos de Quidditch, el deporte más popular entre los magos, que se abre a los “muggles” o personas no mágicas en una sala en la que no faltan los balones utilizados en el rodaje, las escobas voladoras y todo el equipamiento necesario para conquistar el podio.
“Lo más interesante de esta exposición es el detalle con el que podemos ver algunos elementos que en las películas casi no percibimos pero que sí reconocemos, lo que provoca un sentimiento de reencuentro con los héroes de la saga”, subraya Monbailleu.
Entre estos elementos figuran los manjares de los banquetes de Hogwarts, las grageas de mil sabores, los artículos de la tienda de los Weasley o el Quidditch de mesa, además de vestuarios emblemáticos de Harry y sus inseparables amigos, Hermione y Ron, desde los uniformes escolares hasta las galas del baile de Navidad.
“Con estos objetos vemos el detalle con que los creadores han concebido el universo de Rowling en las películas”, añade el portavoz.
No faltan objetos totémicos del universo mágico de Rowling que solo sus seguidores serán capaces de reconocer, como las tres reliquias de la muerte -la capa de invisibilidad, la varita de Saúco y la piedra de la resurrección-, el cofre del cáliz de fuego o el trofeo del torneo de los tres magos.
Harry Potter ya no es solo un personaje literario sino también una gran marca, con unos réditos millonarios, que gestiona al completo la sociedad de Rowling, por lo que “es ella quien decidirá cuál será la siguiente parada de la exposición” y si esta permanecerá más tiempo en la capital belga, aseguró Monbailleu.
La parada en Bruselas está en principio programada hasta el 11 de septiembre, aunque “hay muchas posibilidades de que se prorrogue”.
Los plazos “los marcarán los fans”, reveló el portavoz, quien no se aventura a cifrar el valor de los objetos y duda que estos puedan formar parte, en el futuro, de una subasta que, aunque podría causar estragos, “no iría en la línea de cómo Rowling quiere gestionar el mundo de Harry Potter”.
“No veo posible una subasta de estos objetos, porque Rowling cree que todo el mundo tiene derecho a formar parte de este universo”, subrayó el portavoz, quien sí ve factible que estas piezas mágicas formen algún día parte de un museo, un paso más en la carrera de uno de los personajes de ficción más rentables de los últimos tiempos.
Harry tiene ya su casa en Londres, en los estudios de Warner Bros donde se rodaron las películas, que están abiertos al público desde el último rodaje en 2012.
La “no movilidad” de estos decorados es lo que ha motivado la organización de esta exposición itinerante, que ya ha recorrido ciudades como Nueva York, Shanghái y París, y que podría hacer parada en España, si los magos y los “muggles” se ponen de acuerdo. EFE