Un breve comunicado del Arzobispado de La Habana, que encabeza el cardenal Jaime Ortega, informó de que los reos son Marcelo Cano, Regis Iglesias, Juan Carlos Herrera, Efrén Fernández, Fabio Prieto y Juan Fernández.
Otro prisionero político, el parapléjico Ariel Sigler, viajó también hacia Estados Unidos, donde sigue un tratamiento médico.
Cano, médico de 45 años, condenado a 18 años de cárcel, tiene tres hijos y sufre de artritis crónica e infecciones constantes, según fuentes de la disidencia, mientras que Iglesias, es un poeta de 40 años, condenado a 18.
Herrera, por su parte, es un periodista de 44 años que cumple una condena de 20 años y Efrén Fernández, de 57 años, condenado a 12, tiene un soplo en el corazón y sufre hipertensión arterial, duodenitis crónica, problemas del hígado, gastritis y glaucoma.
Los también periodistas Fabio Prieto (47) y Juan Fernández (61) cumplen condenas de 20 y 15 años, respectivamente, y el segundo de ellos padece de trastornos renales, pulmonares y oculares, alta presión arterial, hipertrofia prostática y hernia.
Tras un inédito diálogo encabezado por el presidente Raúl Castro y el cardenal Ortega el pasado 19 de mayo, después de la liberación de Sigler, el gobierno anunció la excarcelación de 52 presos políticos que quedaban en prisión de los 75 disidentes condenados en 2003. El proceso de excarcelación, comenzado en el pasado mes de julio, debe durar entre tres y cuatro meses, según explicó la Iglesia.
La excarcelación «va muy lenta», pues «el Gobierno necesitó tres o cuatro días para encarcelarlos y ahora necesita tres o cuatro meses para excarcelarlos», dijo el activista de los Derechos Humanos Elizardo Sánchez. El activista añadió que también percibe en esa lentitud un elemento de «presión psicológica» a los presos que no aceptan salir del país, «pues ninguno (de ellos) ha sido excarcelado».
Por su parte, el economista Óscar Espinosa Chepe, uno de los 75 presos del 2003 liberado por problemas de salud, se declaró «muy contento» porque «pronto cese el suplicio de esos compañeros». Pero también «es de esperar que pronto comience la liberación de otros que no quieren viajar, sino quedarse en Cuba, así como otros compañeros no comprendidos en el grupo de los 75», dijo.