Zulianos despidieron al presbítero tras 15 años como párroco del templo mariano
A cielo abierto el templo más importante del Zulia rindió homenaje a los 15 años de gestión del Padre Eleuterio Cuevas, al mando de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios.
El guarda custodio de la Virgen Indiana se despidió de la feligresía, que con una humilde eucaristía ofreció tributo al sacerdote, oriundo de Mene Mauro (Falcón), pero con espíritu chiquinquireño.
La Dama del Saladillo fue la primera invitada, y una reverencia hizo al Padre. Un “Casta Señora” anunció, con campanadas, el inicio de la homilía junto al Arzobispo de Coro, Roberto Lucker.
Sin embargo, el silenció imperó, mostrando pesar entre la feligresía, por lo que esa algarabía tan característica de la Plazoleta se vio apagada.
Su despedida
Enmarcado en la epifanía de la visita de los Reyes Magos al pesebre del Niño Jesús, el discurso de reconciliación se hizo presente. Exactamente 42 minutos duro el Padre Eleuterio dando sus palabras de agradecimiento, en el que uso los pasajes bíblicos para hablar de fe, esperanza y esfuerzo para la construcción de obras que rediman la gracia de Dios.
En tal sentido, dijo: “Todo mi esfuerzo y mi trabajo está con ustedes, con esta parroquia y con todo aquel que ha venido a la Basílica en busca de esperanza y fe”.
Recordó una vieja anécdota de una prostituta que acudió al altar de la Chinita para pedir perdón y encontrar la renovación de su alma.
“Siempre cuento esta historia, conocida ya por muchos. Una prostituta que hacia vida detrás del centro comercial Caribe Zulia, venia a la puerta de esta iglesia a las 3:00 de la mañana a pedir perdón. Le seguimos hasta su humilde casa, donde una anciana y cinco hijos les esperaban para llevarse el pan a la boca. Ella se comprometió a renovarse en la fe mariana y le ayudamos a construir su casa y una tienda, con la que ha sacado a su familia adelante. Hoy es un feligres que asiste a misa todos los domingos para agradecerla a María del Rosario de Chiquinquirá su misericordia”, relató.
También hizo incapie en los proyectos que emprendió para la Basílica, como sus renovaciones y mantenimiento, afirmando que debe ser una tarea de todos los que hacen vida en el templo: servidores, sacerdotes, grupos religiosos y creyentes.
No obstante, hizo mención a la participación política, empresarial y comunitaria que fortaleció el legado mariano que emprendió en febrero de 2002.
El agradecimiento
Las lagrimas corrían por las mejillas negándose al ¡Hasta luego! y las palabras de agradecimiento por su labor y trabajo sacerdotal fueron incontables y entre los asistentes se hizo sentir ese gesto.
El Coro de Voces Blanca entonó “y van diciendo por los caminos. Amigo soy. Soy amigo” y la eucaristía anunció la separación del sacerdote de su cargo, quién no dejó de bendecir nunca a su fervoroso pueblo.
Los zulianos junto a las autoridades civiles se unieron en oración para pedir la bendición y protección del presbítero.
Los Servidores de María y los grupos eclesiásticos de la Basílica fueron los primeros en ofrecer su agradecimiento al sacerdote. Diversos obsequios y reconocimientos impusieron una falsa sonrisa en el rostro triste que mostró el Padre durante la ceremonia.
Una imagen del Buen Pastor, un retablo y relicario de oro y el báculo pastoral de Monseñor Lucker, formaron parte de los muchos detalles que recibió el Licenciado en Ciencias Eclesiásticas y Teología.
Dar la hostia fue el último gesto que tuvo el sacerdote con los suyos, con ese grupo de hombres, mujeres y niños que lo han acompañado en los 15 años al mando de la Basílica.
Antes bien, la bendición de la Chinita fue una obligatoriedad, así como rendirle reverencia.
Música y teatro como homenaje
La gaita y el teatro no pudieron faltar en el acto, y luego de culminada la misa, se dio inicio a una agenda cultura que fusionó la historia de la aparición del 18 de noviembre con esa semblanza de trabajo que el cura ejerció.
El grupo Teatral Esencial fue el encargado de llevar a escena la pieza que enumeró las etapas cristianas de la Virgen Chinita hasta su encuentro con su guarda custodio.
Cuevas asistirá a un retiro espiritual durante el mes de enero, para luego solicitar ser nombrado párroco en La Concepción, según declaró en noviembre pasado cuando se dio a conocer la noticia sobre su renuncia.