Tras décadas de prohibición en la isla, la imagen de La Reina de la salsa recorre las calles habaneras, a través de la obra de un artista desconocido.
El siglo XX quedó prendado de ella y su figura se transformó en leyenda tras el doloroso exilio que padecido a manos del gobierno cubano. Celia Cruz jamás pudo regresar a su tierra, sin embargo, el mundo la aplaudió como genio y figura de la salsa e ícono de la rumba y el sonido caribeño.
Todo esto, mientras en Cuba su música y su nombre fueron silenciados hasta hoy, día en el que Omer Pardillo Cid, albacea del patrimonio de la artista, descubre que su imagen se promueve por las calles de la capital de la isla, a través del trabajo de un pintor habanero.
Para el albacea de Celia Cruz, Omer Pardillo, el único dolor que La Guarachera del Mundo se llevó a la tumba fue no haber podido regresar nunca a Cuba, es por ello, que siempre le causó alegría que el pueblo cubano la recordara.
“Ella hubiese estado contentísima de ver su rostro en La Habana. A ella le encantaba encontrarse a cubanos por el mundo, y cuando ellos le decían que ella era recordada por la gente, eso le causaba una inmensa emoción”, afirmó Pardillo, quien además destacó el excelente trabajo del artista que la pintó.
“Son dos oleos espectaculares. Si se hace un acercamiento se puede ver lo bien detallados que están, incluso una de las imágenes tiene el logo de los Grammy, y yo sé exactamente cuál foto es. Quedé impresionado. No tengo idea quién es el artista, pero ojalá pudiese contactarlo”, confesó.
Además, agregó que como responsable y principal promotor del legado de Celia, espera algún día viajar a la isla a promover su obra, pero sólo “cuando exista democracia y no estén los Castro en el poder”.
Con contenido de Diario Las Américas.