Stacy Tessler Lindua, de la Universidad de Chicago (EEUU), es la autora principal de un estudio que forma parte del llamado Proyecto Nacional de Vida, Salud y Envejecimiento. En él han participado 1.993 adultos de entre 57 y 85 años.
«Los problemas sexuales pueden ser un signo de diabetes o una consecuencia de la misma que suele asociarse a depresión, falta de adherencia al tratamiento y problemas de pareja. Los estudios sobre sexualidad y afectados de diabetes han sido llevados a cabo con muestras pequeñas de pacientes, sin incluir a mayores de 65 años.
Sin embargo, se necesitan datos basados en un número mayor de pacientes para que los especialistas comprendan cómo es el funcionamiento sexual en las personas diagnosticadas o no de la enfermedad», afirman los autores en el último » Diabetes Care’ ‘.
Esta es una de las razones por las que la doctora Tessler ha llevado a cabo esta investigación en la «que se aportan datos específicos sobre la actividad y el comportamiento y los problemas sexuales de las personas de mediana edad y mayores», indica.
Relaciones frecuentes y satisfactorias
Los científicos realizaron cuestionarios sobre sexualidad (frecuencia de las relaciones en pareja o de la masturbación, problemas con el sexo, capacidad para lograr el orgasmo, entre otras).
Asimismo, se indagó en el estado de salud de los participantes o el tipo de fármacos consumidos. También se realizó una prueba sanguínea para establecer si padecían o no diabetes.
«Basándonos en un análisis de sangre comprobamos que el 47% de los varones padecía diabetes. Un 25% era consciente de tener la enfermedad mientras que un 22% aún no había sido diagnosticado. Asimismo, casi el 40% de las mujeres la padecía(la mitad tenía diagnóstico y la otra mitad no)», comentan los autores.
Los datos revelan que «pese a que la enfermedad se asocia con una elevada inactividad sexual, aquéllos afectados que sí mantienen relaciones lo hacen con una frecuencia y un comportamiento en sus relaciones similar al de las personas sanas», reza el ensayo.
Pese a estas buenas noticias, los autores también han encontrado que la enfermedad, sin embargo, afecta al deseo y a las recompensas de la actividad sexual. Así, los hombres diagnosticados de diabetes fueron más propensos a manifestar una falta de interés por el sexo y experimentar disfunción eréctil o eyaculación precoz que los sanos.
Las mujeres diabéticas reconocieron rechazar las relaciones sexuales por tener problemas, como baja libido o dificultad para conseguir el orgasmo.
Son ellos (cerca de la mitad) los que en mayor medida consultan con el médico sus problemas sexuales. Ellas, en cambio, los sufren en silencio: sólo una de cada cinco lo comenta con el especialista.
El estudio hace referencia a la masturbación. «Los adultos con diabetes tienden a practicarla menos que los que no padecen la enfermedad».
Para los autores de la investigación es relevante «la elevada prevalencia de disfunción eréctil en los diagnosticados de diabetes (55%) y en los afectados que aún no tenían el dictamen médico (40.5%), en comparación con los varones sanos (32%).
«No tener un diagnóstico de diabetes protege a los individuos de la carga psicológica y el estigma de la enfermedad. La elevada prevalencia de dificultades con el orgasmo en las personas conscientes de su patología sugiere que éstas tienen un carácter predominantemente físico. La disfunción eréctil y la pérdida de interés por el sexo en los hombres con dictamen médico puede deberse en parte a la carga psicológica de la diabetes», determinan los autores.
Para ellos es «fundamental que los médicos pregunten a sus pacientes diabéticos por su vida sexual, especialmente en el caso de las mujeres. La atención a los problemas sexuales potencialmente tratables en personas de mediana edad o mayores mejora su calidad de vida y su adherencia al tratamiento», concluye el trabajo.
Fuente: El Mundo España
EA