El presidente Hugo Chávez anunció públicamente una devaluación del bolívar que a partir de ahora tendrá dos precios oficiales frente al dólar.
De los 2,15 bolívares por billete verde en vigor desde 2005, el dólar pasa a valer en Venezuela 2,60 bolívares para sectores considerados prioritarios, como alimentos, salud, remesas e importaciones del sector público, y 4,30 bolívares para el resto.
“Sería tonto por mi parte negar que esta medida vaya a generar impacto en los precios”, admitió el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, afirmando que la inflación en 2010, calculada en principio entre 20 y 22%, aumentará entre un 3 y un 5% por encima de estas previsiones.
Para los expertos, será el ciudadano quien pague el precio de esta depreciación. Según el economista Orlando Ochoa, estas medidas son como una “lata de queroseno para la inflación”.
“Los precios van a subir pero el gobierno necesita más ingresos y recibirá el doble por sus exportaciones (…) Por dar más flujo de caja a (la petrolera) PDVSA nos lleva a esta situación“, opinó, entrevistado por una televisión local.
Efectivamente, gracias a esta devaluación, el Estado venezolano recibirá más bolívares por cada dólar obtenido en sus ventas de petróleo.
“Es raro ver en el mundo hoy un sistema de cambio que privilegie tanto al sector público: el Estado importa a 2,6 bolívares y recibe 4,3 bolívares por cada dólar de sus exportaciones”, lamentó Ochoa.
Para el ex directivo del Banco Central venezolano, José Guerra, habrá “más plata para el gobierno y menos para la gente”.
“Devaluación sin medidas fiscales y monetarias quiere decir inflación”, zanjó, anticipando una pérdida importante del poder adquisitivo del venezolano.
“Los vehículos, por ejemplo, serán importados a un dólar a 4,30 bolívares. Eso significa 100% de aumento (con respecto al 2,15 en vigor hasta el viernes). ¿Cuánto costará un carro ahora?, se preguntó.
Para el partido opositor Primero Justicia, estas medidas son “un batazo (golpe) en el estómago” de los ciudadanos. La formación llamó “hipócrita” al gobierno ya que previó un presupuesto para 2010 sin devaluación y una inflación del 20%.
El momento elegido para anunciar esta devaluación, cuyos efectos podrían ser negativos para el Ejecutivo, fue sorpresivo, ya que en septiembre hay elecciones legislativas cruciales para Chávez.
Pero tras el retroceso del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,9% registrado en 2009, el Ejecutivo aspira con esta depreciación a estimular e inyectar competitividad en la producción nacional. Sólo el año pasado, el sector manufacturero venezolano se contrajo más del 7% debido al alto costo de los productos importados.
Según los expertos, desde 2005, y pese a los precios regulados de productos básicos como el arroz o el azúcar, los precios subieron un 160% en Venezuela.
Para el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, con estas medidas se “logrará frenar un abrupto incremento en el costo de los bienes importados”, de los que Venezuela depende.
En 2009, el desplome de los precios del petróleo provocó una reducción en la entrada de divisas y obligó a disminuir la concesión de dólares al precio oficial para los ciudadanos. Muchos acudieron al mercado paralelo, donde el valor del dólar se disparó.
Expertos calculan que en los últimos meses dos tercios de los productos que entraron en Venezuela lo hicieron con dólares comprados en este mercado paralelo.
“En 1986 hubo también un tipo de cambio múltiple, tuvo un impacto inflacionario muy importante y el mercado paralelo no se redujo”.
Sin embargo, el ministro de Finanzas garantizó el viernes que el gobierno irá interviniendo en este mercado negro para que vaya progresivamente desapareciendo.
Nota de prensa