Es el más reciente esfuerzo para profundizar el apego de la gente al mundo extrañamente adictivo de Zynga, en momentos en que la atención en general se ha vuelto más veleidosa.
El éxito de Zynga para capturar el tiempo libre de la gente ha sido asombroso hasta ahora y muy rentable, de acuerdo con los ejecutivos de la compañía privada.
Sus juegos son simples, pero avanzar requiere tiempo y dedicación. En «CityVille», por ejemplo, los jugadores comienzan con un simple lote de tierra, caminos y edificios. Pueden añadir negocios, granjas y lugares importantes por medio de operaciones con el mouse. Pueden invitar a amigos y enviarles regalos virtuales.
Todos los juegos son gratis, pero los jugadores pueden usar dinero real —unas pocas monedas a la vez— para comprar objetos específicos o alcanzar un nivel más alto de juego más rápidamente.
Desde que el director ejecutivo Mark Pincus lanzó la compañía en San Francisco en 2007, Zynga ha atraído a 250 millones de jugadores, la mayoría de ellos conectados en Facebook, un portal con un público aún mayor. El tamaño de la audiencia de Zynga está más o menos entre la población de Estados Unidos y la de Indonesia: el tercero y el cuarto países más populosos del mundo.
Zynga ha crecido tan rápidamente que tiene ya 1.500 empleados y está trasladando sus oficinas centrales a otro complejo, con capacidad para varios centenares más. En 2009 —años atrás en tiempo de la internet_, Zynga comenzó una tradición en la que los empleados lucían camisetas rojas cada día que «FarmVille» añadía un millón de usuarios.
Hubo algunas semanas en las que la gente se quedaba sin camisetas rojas, dijo Cadir Lee, principal ejecutivo tecnológico de Zynga. Más recientemente, «CityVille» demostró el poder de Zynga atrayendo a más de 100 millones de jugadores en las primeras siete semanas desde su presentación en diciembre.
«Ese es el crecimiento más rápido de una propiedad de los medios en la historia del planeta», dijo el analista Lou Kerner, de Wedbush Morgan.